1515 1516
Lienzo 82 x 60,5 cm.
Florencia.
Galleria Palatina del Palazzo Pitti
Vasari habla en su biografía de Rafael de “una mujer suya a la que Rafael amó hasta la muerte” y cuenta que le hizo “un retrato hermosísimo, en el que parecía que estaba viva, que se encuentra hoy en Florencia en casa del noble Mateo Pitti, mercader florentino, amigo de toda persona virtuosa, y sobre todo de los pintores; que la conserva como reliquia por el amor que les tiene al arte, y en particular a Rafael”
La joven retratada está ataviada, muy elegantemente, con un vestido de seda blanca tornasolada muy elaborada y ornada con aderezos de oro; en la cabeza lleva un velo, también blanco, tal vez de lino natural. En torno a la identidad de la persona representada se han avanzado hipótesis que en algunos casos han llegado a constituir verdaderas leyendas.
Partiendo del relato de Vasari, según el cual se trataría de una persona muy amada por el pintor, se ha creído reconocer en ella a la mujer que una tradición literaria desarrollada a lo largo de los siglos ha querido atribuir la identidad de Margherita, conocida como la Fornarina, hipótesis que confirmaría el parecido de la Velada y algunas imágenes femeninas que se repiten en las obras del pintor. Si bien una comparación con el retrato llamado precisamente de la Fornarina no permite resolver la cuestión, es no obstante evidente, como con justicia se ha subrayado, que la figura “serena y solemne” de este retrato no se concilia “con la imagen tradicional, no falta de connotaciones moralizantes, que se da de la Fornarina, la mujer del pueblo cuya belleza había embrujado a Rafael hasta el punto de hacerle renunciar al matrimonio con María, la sobrina del cardenal Bibiana; la mujer sin la cual no lograba terminar los frescos y que era considerada responsable de los excesos amorosos a los cuales los biógrafos atribuyeron su muerte precoz.
Lienzo 82 x 60,5 cm.
Florencia.
Galleria Palatina del Palazzo Pitti
Vasari habla en su biografía de Rafael de “una mujer suya a la que Rafael amó hasta la muerte” y cuenta que le hizo “un retrato hermosísimo, en el que parecía que estaba viva, que se encuentra hoy en Florencia en casa del noble Mateo Pitti, mercader florentino, amigo de toda persona virtuosa, y sobre todo de los pintores; que la conserva como reliquia por el amor que les tiene al arte, y en particular a Rafael”
La joven retratada está ataviada, muy elegantemente, con un vestido de seda blanca tornasolada muy elaborada y ornada con aderezos de oro; en la cabeza lleva un velo, también blanco, tal vez de lino natural. En torno a la identidad de la persona representada se han avanzado hipótesis que en algunos casos han llegado a constituir verdaderas leyendas.
Partiendo del relato de Vasari, según el cual se trataría de una persona muy amada por el pintor, se ha creído reconocer en ella a la mujer que una tradición literaria desarrollada a lo largo de los siglos ha querido atribuir la identidad de Margherita, conocida como la Fornarina, hipótesis que confirmaría el parecido de la Velada y algunas imágenes femeninas que se repiten en las obras del pintor. Si bien una comparación con el retrato llamado precisamente de la Fornarina no permite resolver la cuestión, es no obstante evidente, como con justicia se ha subrayado, que la figura “serena y solemne” de este retrato no se concilia “con la imagen tradicional, no falta de connotaciones moralizantes, que se da de la Fornarina, la mujer del pueblo cuya belleza había embrujado a Rafael hasta el punto de hacerle renunciar al matrimonio con María, la sobrina del cardenal Bibiana; la mujer sin la cual no lograba terminar los frescos y que era considerada responsable de los excesos amorosos a los cuales los biógrafos atribuyeron su muerte precoz.
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