Hopper titula muchas de sus telas sólo con la hora del día. El cuadro de 1926, se encuentra hoy en Washington, en el Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, Smithsonian Institute.
Recordando sus más bellos aguafuertes, también en esta tela el artista reflexiona sobre los más anónimos detalles. Un lecho en desorden junto a una mesa con una lámpara son, como el mismo Hopper indicará en un artículo para “The Arts”, nuestros mismos recuerdos escondidos que, en la obra de un artista, regresan con un sentido de imponente extrañeza.
Una mujer está sentada en una estancia o en una habitación de hotel delante de la ventana. Como en muchas de sus otra telas, Hopper se sirve de su mujer, Jo, como modelo. Ella aparece aquí desnuda con la mirada extraviada vuelta hacia el exterior.
En sus interiores metropolitanos, crea una atmósfera de gran intimidad, todavía más evidente por el contraste entre la desnudez de la figura femenina y una impersonal ciudad apenas bosquejada más allá de la habitación.
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