26 de enero de 2015

"Ella que todo lo tuvo" de Ángela Becerra

ELLA QUE TODO LO TUVO
Ángela Becerra
Planeta 2009
Premio Iberoamericano de Narrativa
432 páginas

Propuesto por el Club de lectura, para el mes de enero, ni la autora, ni la novela me eran desconocidos, por lo que he puesto doble empeño en intentar desentrañar sin lograrlo, algunos de los interrogantes de esta novela.

No me cabe duda de que Ángela Becerra es una escritora de éxito. Sus novelas, en todo caso, figuran entre las más vendidas en Iberoamérica. Esta además está galardonada con el Premio Planeta Casa América, si ello quiere decir algo, pero sigo convencido de que se trata de una novela descuidada, escrita por encargo para la ocasión y con muy poco tiempo para madurarla,  revisarla y corregir las abundantes incongruencias  y contrasentidos que contiene.

Seguidora de la corriente de realismo mágico que sus compatriotas  Gabriel García  Márquez  o incluso  Laura Restrepo han sabido  explotar  nuestra autora intenta crear un aura de misterio  a través de  incomprensibles sucesos y personajes tan intrigantes como disparatados y nos presenta  un accidente sin víctimas o un librero enamorado, un restaurador de libros voyeur, o un mendigo que además de poeta y gondolero  es filósofo a ratos.   Pero creo que  introduce su versión de reaslismo mágico sobre todo para introducir  en una narración  inicialmente dramática, un personaje con una potente carga erótica, “La donna di Lacrirma” que se expone disfrazada y semidesnuda a sus admiradores y  les permite que la acaricien sin tocarla  y hablarle sin recibir respuesta alguna.  Por este medio, que no aporta al relato nada salvo poéticas citas de autores consagrados,  la escritora eleva el tono erótico  de la novela y se explaya  en un lenguaje lírico sensual que es su marca de identidad más conocida.

Recorrida buena parte del libro y después de un interés inicial por una intriga que parecía presentar  interesantes posibilidades,  el libro se pierde  en historias paralelas que poco o nada tienen que ver con el argumento inicial y que lejos de arrojar  pistas confunden  y distraen al  lector. Es como si además de cumplir con un encargo tuviera que cumplir con un cierto número de páginas  

Lo que podría ser una novela que nos hace reflexionar sobre la pérdida y la soledad, sobre la inspiración y sus motores, sobre la realidad y la imaginación, y las páginas iniciales así lo hacían presentir: Ella, una escritora de reconocida fama que pierde a su marido y a su hija en un accidente de  tráfico y no puede volver a escribir una sola línea, queda  orillado  y  nuestra  escritora, Ángela Becerra nos  confunde con los nombres, y lanza dudas sobre la veracidad de todo lo que nos ha venido contando.
No dudo de que Ángela Becerra es una buena escritora, capaz de describir emociones y sentimientos y utilizar con maestría un lenguaje lírico sensual lleno de color y de imágenes impactantes, pero a esta novela le sobran  argumentos subyacentes y por consiguiente muchas páginas.  No obstante y por concluir en positivo  me quedo con  una cita  de la novela:

“¿Sabe que es la pérdida? No tener a nadie por quién luchar, nadie con quién discutir cosas tan tontas y superfluas como si el día amaneció gris o soleado, qué libro vale la pena leer, qué ver en la tele, qué cena preparar;  preguntar y no obtener respuesta . Despertarse sin objetivo alguno, sentir la presencia invisible del ser amado en todos sus objetos, en todos sus lugares y no poder acceder a él de ninguna manera porque su cuerpo desapareció”.