29 de mayo de 2014

Operación calzado


Me pregunto cómo pueden  caminar, correr y jugar descalzos por caminos pedregosos. Les veo llegar descalzos al colegio y sé que han recorrido varios kilómetros a pie sin enterarse  de que van descalzos.  Les pregunto dónde están sus zapatillas y me dicen que las han olvidado, o que se les han roto, o que su mamá  no tiene dinero para comprarles  unas zapatillas nuevas,  y me siento un poco culpable por los baht  que tintinean en mi bolsillo. 

Algunos niños ya lo saben. En cuanto se quedan sin zapatillas, acuden al profesor  Fred que siempre está dispuesto a  comprarles zapatillas nuevas.  Esta mañana me he adelantado yo a ellos y cuando formaron filas para entrar en clase fui apartando los que iban descalzos.  Reuní una buena docena. con la ayuda de mi amigo Victor y de la cocinera los metimos a todos en la pick up y nos los llevamos al pueblo  para comprarles zapatillas nuevas.  Todos volvieron contentos  luciendo  sus nuevas chancletas.  ¿Cuánto les durarán?  Seguramente muy poco. Las zapatillas de goma  aguantan  peor  las piedras  y guijarros del camino que las encallecidas plantas de  sus  pies.  Están tan habituados a descalzarse  en cualquier momento para entrar en casa, en clase, en la tienda o en el templo,  que no es de extrañar que  al salir de cualquiera de estos sitios  se las dejen olvidadas y sigan caminando tan ricamente, hasta que de nuevo les vea llegar descalzos y sonrientes.

Una voluntaria que pasó por aquí el año pasado me dejó algo de dinero para dispusiera del él a favor de los niños.  En el colegio, la operación calzado lleva su nombre.




27 de mayo de 2014

La vida sigue


Algunas veces con pequeños sobresaltos como esta mañana  cuando al llegar a clase hemos visto que parte del techo se había derrumbado sobre las mesas vacías.  Afortunadamente el derrumbe tuvo lugar el fin de semana y por consiguiente sin alumnos cerca.  Seguramente tenemos mejores protectores que  operarios.  Vivir en provincia también tiene ese inconveniente. Los buenos  técnicos, fontaneros, albañiles, escayolistas, electricistas se van a la capital en busca de mejores salarios.  Aquí nos vamos arreglando con operarios a veces mediocres y aceptando sus   inevitables chapuzas.

                Las lluvias se retrasan. Los monzones  deberían estar descargando sus benéficas aguas sobre estas frondosas montañas y rellenando nuestros pozos y nuestras cisternas.  La sequía ha llegado a un punto en que tenemos que comprar cisternas de agua para  uso corriente: lavado, aseo, y obras en curso, en particular un comedor multiuso que quisiéramos tener  lo suficientemente adelantado para que los voluntarios que nos acompañarán este verano  puedan ayudar a rematar.


Nunca había visto  ni oído el nombre de esta exótica flor : Ave del paraíso.  Me ha parecido una auténtica maravilla tanto por su forma como capullo, como por su desarrollo posterior, su colorido y por la armonía de sus formas  la flor  en pleno desarrollo  





23 de mayo de 2014

Se veía venir


Siete meses de manifestaciones antigubernamentales, de desórdenes callejeros, de acampadas en las plazas y parques de Bangkok… Siete meses y algunos muertos más… Siete muertos y el eterno cruce de acusaciones entre el partido amarillo liderado por Suthep Thangsuban y  el cabecilla del    partido rojo Jatuporn Prompan… Siete meses durante los cuales tanto los observadores  y periodistas Internacionales como los sufridos y pacientes  comerciantes y transeúntes de la capital se preguntaban: ¿ Hasta cuándo?

El Ejército sabe que intervenir en la Política tiene mala prensa. Tailandia además tiene un abultado récord de golpes de Estado, unos  fallidos y otros con éxito…  No era de extrañar pues, que los militares se resistieran  a dar un nuevo Golpe de Estado (el doceavo con éxito)  …  Sin embargo, hasta  hace unas semanas los manifestantes eran sólo   los opositores   al  Gobierno , en funciones.  Cuando hace unas semanas empezaron a acudir a la capital  los camisas rojas  procedentes del Noreste  aliados tradicionales  del populista Taksin Shinawatra  y de su hermana , la depuesta  Primera Ministro  Yingluck Shinawatra, la situación en la capital pasó de incómoda a peligrosa.

Ya era sólo cuestión de días antes de que los Militares intervinieran, y lo hicieron  proclamando  la Ley Marcial para calmar los ánimos y  finalmente a mediodía de ayer  declarado el doceavo Golpe de Estado mediante el cual se suspenden los Derechos Constitucionales, se disuelve el parlamento,  se prohíben las  reuniones de más de cinco personas, se instaura el toque de queda de 10 pm a 5 am, se cierran los colegios hasta el próximo lunes día 26 de mayo,  y se obliga a los miembros del Gobierno y de otras Instituciones estatales  a presentarse en dependencias militares.

En cuanto a los líderes políticos tanto del Bando amarillo como del Rojo, nada más sencillo.  Habían sido convocados  días antes  a  unas conversaciones  con la finalidad de llegar a acuerdos que permitieran la pacificación  de la vida política y el  funcionamiento normal de las Instituciones. Como al cabo de dos días  aún no habían llegado a ningún acuerdo,  quedaron  arrestados  y se les informó de viva voz de la proclamación del golpe de Estado.

 Mientras tanto, aquí, en esta esquina del Noroeste,  todo sigue igual. Si acaso algún puesto de control policial adicional a los ya numerosos  que jalonan la carretera que lleva a la frontera con Birmania.   En la Escuela de Bambú, seguiremos  estando cerca de los niños, y también de sus familias. Sólo así podremos hacer un trabajo efectivo y solidario.  Ayer , con  el Hno. Víctor visitaba  la familia de Phou Eh: madre y abuela enferma, cuatro hijos y otro en camino.  El padre, alcohólico se ha ido a Bangkok y se ha olvidado de mandarles dinero.  Aceptan con resignación su suerte y me llama la atención que pese a no tener nada, todavía ayudan a otra familia más pobre que ellos, recién llegada de Birmania y que vive en un Chamizo que no les sirve ni para abrigarse del sol.  Y la vida sigue…. Esto es Tailandia y la amas o te desesperas.


19 de mayo de 2014

Unas vacaciones muy saboreadas


Una de las muchas cosas que perdemos al jubilarnos es el sabor de  las vacaciones. No tener que poner nunca más  el despertador, llegar a la hora,  fichar o firmar un registro, acaba convirtiéndose en una rutina,  agradable pero monótona, que hace que  echemos de menos esas mañanas en que dejamos que suene el despertador sin hacerle caso, que apreciemos esas sobremesas que se prolongan porque no hay que correr de vuelta al trabajo, o que alarguemos la tertulia de amigos  porque al día siguiente no hay que madrugar.

Había perdido las costumbre de ese tipo de vacaciones  y disfrutar   de dos meses de descanso  entre cursos escolares como voluntario en Tailandia, me ha hecho disfrutar como nunca de ese largo descanso. Tomando la revancha  de un año entero sin asir el volante,   viajé en coche a Altea   para pasar 15 deliciosos y breves días de descaso.  Me he movido igualmente en coche por Madrid, León ,Burgos  y Asturias y he saboreado el  placer de la libertad, la familia, la amistad, y la contemplación de paisajes singulares.

Pero las vacaciones se han terminado y me encuentro de nuevo en  Sangklaburi  al inicio de este nuevo curso escolar 2557-2558.  De entrada  vuelvo a ser consciente del calor aplastante,  del vaho que empaña las gafas cuando dejo el aire acondicionado del coche,   o del sudor  que empapa la camisa  al poco rato de salir a la calle. Me habituaré a esos pequeños inconvenientes como me habituaré a los mosquitos,  a comer sin pan o a dormir sobre una estera  tendida  encima de un somier de madera.

Eso no ha cambiado, la sonrisa y el cariño de los niños tampoco.  Hoy lunes me tocaba dar clase en la Escuela de Bambú, y  han tenido el bonito detalle de invitarme a plantar un árbol en el jardín para recordar mi etapa de voluntariado.  El gesto me ha conmovido. Es sólo un gesto ciertamente, pero  que llega muy hondo  y multiplica el deseo de hacer todo  cuanto esté a mi alcance para  estar disponible, ayudar, enseñar, cantar, reír y jugar con los niños y de paso sentirme yo también un poquito más joven.


Los Monzones se estaban haciendo de rogar,  los pozos están casi secos y la gente se impacienta por la falta de lluvia.  Hoy por fin ha roto a llover con intensidad  y esta vez el agua  que cae sobre todos los tejados del colegio es canalizada hacia los algibes y cisternas que rodean los edificios.   Pronto, el agua del pozo, tras su filtrado, será utilizada sólo en la cocina y para beber. Nos ducharemos con agua de lluvia  que servirá igualmente para todas las demás tareas domésticas.


Mientras tanto los Camisas Rojas y los Camisas Amarillas siguen protestando y manifestándose en la calle, y creando problemas en la capital. El país lleva más de seis meses con un gobierno provisional  y las cifras de la Economía hacen presagiar malos momentos para este maravilloso país.  Esperemos que los disturbios no asusten de paso a los turistas que junto con las exportaciones son el motor de desarrollo y de empleo  de Tailandia.