1538 Óleo sobre lienzo
Florencia, Galleria degli Uffizi
El espléndido desnudo femenino, para el cual el pintor se valió de la misma modelo de la Muchacha con pelliza de Viena y de la llamada Bella del Palazzo Pitti, muestra cómo Tiziano se ha apartado del ilustre modelo de la Venus de Dresde, pintada por Giorgione en 1507 y parcialmente repintada por el propio Vecellio en 1510. La belleza ideal y serenamente contemplada de Giorgione es sustituida aquí por una imagen cargada de sensualidad: la diosa del amor ya no está dormida en el sosiego de la naturaleza, sino que, tendida en una cama deshecha, con el cabello esparcido sobre los hombres fija en quien la contempla una mirada seductora. A los atributos canónicos de Venus, las rosas que tiene en la mano derecha y la maceta de mirto en el alféizar de la ventana, se añaden unos detalles realistas que crean una atmósfera de maliciosa intimidad, como el perrito enroscado sobre el hecho y las criadas que sacan ricos vestidos del arcón nupcial, transformando a la divinidad mitológica en una “Venus mundana en palacio” (Gentili). El cuadro, que subraya la importancia de la dimensión erótica dentro del matrimonio, tenía con toda probabilidad una función muy precisa.
1 comentario:
Me encantan los desnudos si estan bien proporcionados.
El erotismo en la pintura tambien.
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