22 de junio de 2007

Camino de hierro


Camino de Hierro
Premio Primavera 2007
Nativel Preciado
Espasa Calpe 2007
Ámbito Cultural
235 páginas.

Me gustaría decir que el nuevo libro de Nativel Preciado me ha gustado y ciertamente algunas partes me han parecido muy buenas, pero creo que la autora, ha escrito dos o tres novelas paralelas que como las muñecas rusas pero de forma más forzada ha tratado de encajar unas dentro de las otras. Tanto el título como la intención primigenia de la obra parece ser la recuperación de la memoria histórica de los miles de personas que murieron el León en el transcurso de la guerra civil.


Ignoro la base personal que ha podido inspirar el relato, pero creo que si quiere ser absolutamente sincera como novelista debe respetar las reglas de juego y no mezclar datos absolutamente ciertos tales como nombres de calles o de personas conocidas, con la ficción. Debo decir que soy leonés, que nací poco después de terminar la guerra en el mismo barrio en el que la novelista sitúa la acción. Los hermanos y familia del histórico anarquista Durruti fueron conocidos míos y amigos de mis padres. He jugado en la calle Astorga donde supuestamente vivía el Abuelo Román, sólo que en esa calle nunca hubo un convento de monjas y por consiguiente me parece absolutamente gratuita la afirmación de que fueran unas monjas las que delataran al abuelo Román porque desde su ventana veían un cuadro de Pablo Iglesias en el salón de su casa. Ese tipo de precisiones hace que el lector acabe dudando si lo que lee es ficción o algún pequeño ajuste de cuentas.


Me gustaría añadir por otra parte, que siendo niño oí muchas veces a mi padre contarnos a modo de catarsis, las múltiples vejaciones que sufrió al terminar la guerra por el mero hecho de ser obrero y sospechoso de una afiliación política proscrita: desfiles con pico y pala al hombro, saludos brazo en alto a niñatos falangistas e incluso repetidas amenazas por parte del cacique del pueblo que luciendo su camisa azul con el yugo y las flechas de que el día que se le antojara le daría el “paseo”.


Quiero decir con esto, que tengo casi tanta Memoria Histórica, como pueda tener esta apreciada novelista, pero considero que si escribe una novela debe quedar en todo momento claro que se trata de una novela y que aunque los hechos narrados sean históricos, los detalles son pura ficción. No se puede crear ficción con datos reales y personas concretas y conocidas porque entonces la novela deja de ser novela y pasa a ser un libelo.


Pero no acaba ahí mi reflexión sobre esta novela porque como dije al principio hay otro relato imbricado en el primero que me ha gustado mucho más, particularmente en su última parte. El marido de Paula, Lucas, se aleja de ella sin explicaciones, y no sabemos hasta el final de la novela por qué lo ha hecho. Abunda el pathos y el lloriqueo, pero también las buenas reflexiones sobre el amor, sobre la vida y sobre la muerte. San Marcos es hoy un Hotel de lujo de la Red de Paradores Nacionales. Con anterioridad ha sido cuartel y durante la guerra civil cárcel desde donde los vencedores encarcelaron a numerosos leoneses que acabaron fusilados en las tapias del cementerio de Puente Castro. Pero mucho antes, no lo olvidemos, fue también Hospital de peregrinos de la Orden de Santiago, y la Memoria Histórica, dolorosa como haya sido, debe mantenerse en nuestro corazón para inculcar a nuestros hijos y nietos el odio a toda violencia de cualquier signo que sea. Las placas, las conmemoraciones y el recuerdo público y futil sólo generará rencor y el rencor nunca ha sido el camino recto hacia la paz.

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