El ajenjo de 1876 es el más famoso cuadro de café de Degas y uno de los más conocidos en general. El título es una invención posterior.
Degas le denomina simplemente, En el café. Cuando lo muestra en 1876 en Brighton, es comprado a pesar de sufrir drásticas críticas. Todavía en 1892 es abucheado en una exposición, tanto que el coleccionista se decide a revenderlo.
Dos amigos hacen de modelos en un café como pareja de enamorados. El ajenjo era una bebida extraordinariamente controvertida en aquel entonces, al que se achacaba el alcoholismo de la clase trabajadora. Zola lo describe en su novela “L’Assomoir”, aparecida igualmente en 1876.
La irritante mirada hacia arriba, la posición excéntrica de la pareja y la colocación de las mesas hacen que el cuadro aparezca como parte de un todo más amplio. El hecho de que la escena del cuadro esté en relación ajena con las personas, hace que éstas parezcan desorientadas y subraya su falta de relación, a pesar de estar sentadas muy cerca la una de la otra. Vemos aquí qué es lo que piensa Degas cuando dice que quiere “hacer retratos de personas en su postura usual y típica, escogiendo sobre todo para el semblante la misma expresión que para el cuerpo”.
Subraya las tristes expresiones también mediante el hecho de que, a su alrededor, la representación pierde rápidamente nitidez de tintas. Los oscuros reflejos en el espejo son expresión de la incomunicación e incrementan el aislamiento mutuo. Desde su punto de vista lateral, el observador pierde rápidamente toda seguridad en las relaciones, enturbiadas de modo desconcertante, entre figuras, espacio y reflejos.
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