Su ilustrísima el Abad del Monasterio Somdet de Sangklabury finalmente va a ser incinerado en estos días. Phra Khru Wimon Khanchana Khun murió hace un año. Desde entonces ha permanecido embalsamado en
espera del día propicio para su cremación
según corresponde a sus méritos y su categoría. En efecto Los últimos 59 años de su vida los ha pasado en el Monasterio de Somdet la mayor parte de
ese tiempo como Abad principal. Los astrólogos, que en el Budismo Mon nunca
están lejos de la vida religiosa, han
dictaminado el día doceavo día del segundo mes lunar como día propicio incinerar los restos mortales de tal insigne abad según el rito de la tribu Mon al que pertenece este Monasterio. Recordemos
que antes que los Tai o los Brimanos
llegaran a Tailandia fueron los Mon los primeros receptores de las Enseñanzas del Budismo Therevada
llegado de Ceylan (actual Sri Lanka) y a
su vez lo transmitieron a sus
conquistadores.
En torno al Monasterio se ha venido desarrollando una gran
actividad estos días pasados. Se despejó
una gran explanada contigua al monasterio y en ella sobre una estructura de
bambú se erigió un auténtico palacio de
cuento de hadas. Luces de colores, pináculos y ojivas, papel de colores y
abalorios de todo tipo crean una sensación de autentico palacio de
ensueño. Pregunto por su significado y
me dicen que simboliza el cielo que
pronto alcanzará el alma del
difunto. Han preparado igualmente
una muy ornamentada pagoda en forma de
barco sostenida sobre una cuadrícula de palos de bambú que servirán de
angarillas a los porteadores. La
estructura luce los mismos colores, y
avalorios que el efímero palacio y en un momento determinado llego a pensar que
quizá se trata de una estilizada pila funeraria. Nada de eso: se trata
sencillamente de un simbólico barco en el cual los restos del abad harán su
último viaje pero no sin antes haber sido venerados, bailados y zarandeados por
los fieles.
En efecto, desde hace tres días, al atardecer, se congrega
una gran multitud en torno a la
explanada. Los diferentes pueblos Mon de la región, han rivalizado en preparar
sus bailes rituales en torno al difunto
alojado la pagoda con forma de barco.
Parte importante del ceremonial consiste en que los hombres ataviados
con trajes regionales, suban la estructura sobre sus hombres y efectúen una danza
rítmica y sincopada con flexiones de
rodilla, alzado de una pierna etc. No
pude evitar pensar en ese momento en los costaleros castellanos que
también “bailan” los Pasos de
Semana Santa pese a que éstos son muchísimo más pesados
que la endeble estructura que alberga el féretro del difunto abad. A su lado, las mujeres, engalanadas con
trajes Mon de alegres y vistosos colores
acompañan a los danzantes . Al rítmico juego de piernas de los hombres se contrapone en el caso de las mujeres el lenguaje y baile de las manos y los brazos.
Mientras tanto, en los alrededores se ha ido formando un
auténtico mercadillo donde no faltan ropas de todo tipo, utensilios nuevos o de
segunda mano, toda clase de calzado,
pero principalmente comida, mucha comida
y sobre todo muy variada. En algún
rincón los más piadosos se unen al rezo de los monjes llegados para la
ocasión. En otro lugar alguien ha pagado
a una tropa de Ram Khon (baile clásico
tailandés) que interpreta con mejor o
peor fortuna escenas del Ramayana. La
mayoría del público que me rodea no
abandonará el lugar hasta altas
horas de la madrugada. El trabajo puede
esperar.
He asistido a la ceremonia en primera fila uno de los tres
días de fiesta. Sentado cerca del actual
Abad del monasterio he podido
interrogarlo sobre el difunto abad. He
podido constatar también el ambiente festivo de la ceremonia. El pueblo Mon decía adiós definitivamente a
uno de los suyos y lo hacía bailando y festejando el acontecimiento.
1 comentario:
Siento nostalgía de Tailandia, agradezco muchísimo tus vivencias
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