10 de enero de 2014

Escuela de bambú: El duelo itinerante

EL DUELO ITINERANTE
Fernando Cerutti

He leído “El duelo Itinerante”  de Fernando Cerutti    y no podré dejarlo completamente  atrás mientras no escriba la reseña  que me quema en los dedos desde hace varios días.  Se trata de un libro extenso, denso si  se quiere,  anecdótico también pero sobre todo rezumante de sinceridad, cargado de humanidad y  rico en personajes retratados  con sus fallos y sus virtudes pero sobre todo con una  fina ironía.

Sin   ser  exactamente un típico libro de viajes, un  informe  técnico - sociológico, o una novela  de intriga, el autor ha querido combinar  esas tres características  en un todo harmonioso como las tres patas de un mismo banco.  El resultado no podía haber sido más logrado.  A la aridez de los datos demográficos  o de las técnicas de evaluación de los proyectos de cooperación de la Unión Europea se contraponen  los rasgos de carácter, las pequeñas manías, los problemas personales que arrastran los propios evaluadores de proyectos y de la mano  de Fernando recorremos  a caballo  la jungla de Honduras para llegar a  una tribu que intenta mantener el ecosistema  adaptarse  a  la nueva realidad de sus vidas sin dejarse arrastrar  por una civilización depredadora que amenaza su futuro.  A miles de kilómetros  y en terrorífico contrate podemos  recorrer los sedientos caminos de Somalia, viajar con el pensamiento a Sudán o maravillarnos por la forma en que gracias a un hombre recientemente fallecido, la República de Sudáfrica pudo pasar de la Apartheid  a  una democracia con cabida para negros y blancos sin rencores ni venganzas.

Después de leer el libro de Fernando Cerutti no nos queda la menor duda de que la Unión Europea trata de hacer un seguimiento exhaustivo de cada Euro que entrega como cooperación para  proyectos de desarrollo puestos en marcha directamente por la propia Unión Europea o por alguna ONG especializada  y  las autoridades y los  gobiernos concernidos. Pero la evaluación de esos proyectos no está hecha por robots.  Al final de cada informe hay una persona. Personas con un perfil personal y profesional diferente, con ambiciones,  planes de vida, sueños, y a veces fantasmas diferentes, y esta es quizá la parte que más me ha llamado la atención en la novela de Cerutti.

En mi opinión el autor se revela como un sutil observador del alma humana, y sabe contraponer todo lo que de noble y sincero tenemos las personas, con las frustraciones, los desengaños o las encubiertas  motivaciones  que dictan nuestros actos.  Personajes como la austríaca Úrsula o el italiano Mario Orsini, quedarán grabados en mi memoria.

Cuando escribo estas líneas, me encuentro del otro lado de la barrera, inmerso en un proyecto de ayuda humanitaria que lamentablemente no goza de subvención oficial de ningún tipo.  Por aquí no pasarán evaluadores de la Unión Europea, pero he tomado buena nota de sus criterios de evaluación. Debemos definir claramente lo que queremos, circunscribirlo en el tiempo, fijar metas  y marcadores de realización medibles y  mantener un desprendimiento suficiente  de nuestras propias  realizaciones como para cambiar  de planes  y de orientación a medida que la sociedad en la que nos movemos cambia .

Nuestro lema de hoy  “No child left behind”  (Ningún niño sin  una oportunidad)  tendrá  que cambiar necesariamente   cuando todos los niños Karen, Mon o Birmanos,  inmigrantes ilegales en la frontera entre Birmania y Tailandia estén escolarizados,  tengan acceso a la escuela primaria y su existencia sea reconocida por  el Gobierno de Tailandia de modo que sin necesidad de ninguna ONG puedan acceder libremente a las escuelas y colegios del Estado.

1 comentario:

José Núñez de Cela dijo...

QUé buena pinta y que original planteamiento. Intentaré hacerme con él.
Suerte en tus proyectos y feliz año!