Querido Evaristo,
Ayer, después de luchar palmo a palmo por tus últimos años de vida, sin más aliento, nos dijiste adiós. Tu esposa, tus hijos, tus hermanos y demás familia te estuvieron velando. Llegué poco antes del último responso, pero tuve tiempo de repetir a los tuyos la gran persona que fuiste, el gran hombre que hemos perdido.
Humanista y culto más allá de la titulaciones académicas, profesional de ajustados criterios, has sido además, ameno narrador de anécdotas, gran corazón, y gran amigo.
Hemos trabajado codo a codo durante diez años y te he admirado siempre por tu sinceridad e independencia. .Has ido con la verdad por delante y te negaste siempre a adular a los jefes o a maquillar la realidad. Por eso, aunque no siempre en voz alta, todos han admirado y respetado siempre tu sonriente integridad.
Trabajar contigo, Evaristo, esos últimos años fue un privilegio. Más que jefe fuiste compañero y amigo. En momentos difíciles hiciste fácil trabajar a tu lado y tu recuerdo nos acompañará siempre. Descansa en paz.
Ayer, después de luchar palmo a palmo por tus últimos años de vida, sin más aliento, nos dijiste adiós. Tu esposa, tus hijos, tus hermanos y demás familia te estuvieron velando. Llegué poco antes del último responso, pero tuve tiempo de repetir a los tuyos la gran persona que fuiste, el gran hombre que hemos perdido.
Humanista y culto más allá de la titulaciones académicas, profesional de ajustados criterios, has sido además, ameno narrador de anécdotas, gran corazón, y gran amigo.
Hemos trabajado codo a codo durante diez años y te he admirado siempre por tu sinceridad e independencia. .Has ido con la verdad por delante y te negaste siempre a adular a los jefes o a maquillar la realidad. Por eso, aunque no siempre en voz alta, todos han admirado y respetado siempre tu sonriente integridad.
Trabajar contigo, Evaristo, esos últimos años fue un privilegio. Más que jefe fuiste compañero y amigo. En momentos difíciles hiciste fácil trabajar a tu lado y tu recuerdo nos acompañará siempre. Descansa en paz.
4 comentarios:
Es amargo despedir a los amigos pero su esencia queda siempre con nosotros.
Descanse en paz.
El dolor de su pérdida se aliviará con el tiempo y te quedarán los gratos momentos como recuerdo imperecedero de su amistad. Un abrazo
He llegado a ti desde el blog Perdida entre libros. Me sedujo tu comentario, igual que al encontrar tu blog, he hallado un pequeño artículo evocando a alguien muy querido. La vida es una continua pérdida en la que la muerte pone de manifiesto todo aquello que hemos amado. Tus palabras ponen de relieve el valor de Evaristo al que evidentemente no conocí. Un cordial saludo.
Deseo Fede que desde donde esté tu amigo te mire con agradecimiento, y te dé un poquito de sociego para tu alma, perder a un amigo tan querido te la deja destrozada.
Nos quedamos con su esencia,lo recordamos,pero hasta que eso pasa ¡¡queda un vacio tan grande!!
Cuenta con los que aqui estamos para ayudarte a vencer la tristeza que ahora arrastas.
Un abrazo
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