7 de abril de 2008

Josefine y yo


JOSEFINE Y YO
Novela
Hans Magnus Enzensberger
Anagrama 2008
Panorama de narratives
Título original: Josefine und ich 2006
Traducción deRichard Gross
158 páginas

El conocido ensayista, Premio Príncipe de Asturias 2002 de Comunicación y Humanidades, nos deleita, después de treinta años de silencio narrativo con esta deliciosa historia redactada en forma de diario que se desarrolla entre un joven economista y una “vieja dama” chapada a la antigua, y que como vulgarmente se dice no tiene pelos en la lengua.

Esta septuagenaria señora que como vieja urraca va rapiñando ideas para construirse su nido, es probablemene el doble del viejo escritor y ensayista, que llegado a la plena madurez pone en labios de la anciana sus reflexiones sobre la Alemania de la reunificación, sobre los prejucios y la originalidad, sobre la política internacional y los recuerdos.

El diario relata los encuentros de un joven economista con una vieja gloria de los “Café concert” para tomar el té. Lo que en principio fue un gesto de agradecimiento por haber rescatado el bolso de la anciana de manos de un motorista que intentaba arrebatárselo, se convirtió en una costumbre y todos los martes el joven acudía a la vieja mansión para tomar el té, pero sobre todo para hablar con ella de lo humano y de los divino, sin cortapisas de ninguna clase, desde la impunidad que dan los años y la falta de ambiciones.

Los cuadernos en los que el narrador consigna aquellos recuerdos en forma de diario, son rescatados años después con ocasión de una mudanza, y aunque la vieja dama ha muerto y el caserón ha sucumbido a la codicia inmobiliaria, las reflexiones de entonces que provocaban el rechazo del joven economista, son hoy mejor entendidas por el maduro padre de familia que desea para sus propios hijos una Josefina que algún día, desde la madurez, les haga descubrir ciertas verdades fundamentales ya despojadas de todo los oropeles, falacias, y engaños con que las revestimos.

Un librito sencillo, que se lee rápido pero que al terminarlo provoca una segunda lectura más pausada y recogiendo las pepitas de oro que se nos escaparon de los dedos en la primera lectura.

1 comentario:

Elena dijo...

No conocía a este autor, pero me ha atraído mucho el argumento. Debe esconder muchas pepitas de oro, como tú dices. Me gustan los libros que invitan a reflexionar sobre los grandes temas que nos han preocupado desde el principio de los tiempos.