15 de abril de 2008

El cuenco de laca

EL CUENCO DE LACA
Novela
Fernando Schwartz
Espasa 2008
321 páginas

Aunque inicié este libro con cierta reticencia debo confesar que lo he leído de corrido y he quedado con una magnífica impresión.

Es cierto que Vietnam es un país entrañable y misterioso porque de él sólo se conoce su la larga guerra contra los americanos en los años sesenta. Una visión necesariamente parcial, muchas veces incluso tergiversada y revestida de victimismo. Lo cierto es que este país tuvo que luchar en primer lugar en los años 1945 a 1952 para sacudir el yugo colonial de Francia y no fue una empresa fácil. Durante muchos años los vietnamitas y franceses habían intercambiado lugar de rsidencia, costumbres, ideales, cocina y culturas. El término franco-vietnamita era corriente para designar aquellos que en uno u otro país procedían de matrimonios mixtos como la protagonista de esta historia, Vu Liên vietnamita de nacimiento, hija del fundador de de la Cruz Roja de Vietnam pero que a una muy temprana edad viajó a Francia donde estudió, se licenció como farmacéutica y adoptó las maneras, modas, y pensamiento de los occidentales.

El conflicto de las dos culturas y de la doble patria se presnta doblemente en esta novela. En efecto, Liên, abandona París y regresa a Hanoi porque Vietnam la necesita. Es herida, encarcelada y ultrajada a manos del Ejército francés pero sin embargo se enamora a pesar de ella misma del oficial francés que por dos veces le salvó la vida y acaba compartiendo el destino con él.

Fernando Schwartz compone una bella historia, trepidante y bien narrada y su pasado de diplomático probablemente le ha servido para describir los hermosos `paisajes del Norte de Vietnam y en particular de la alucinante y embaucadora península de Halong con sus miles de islotes que como panes de azucar recubiertos de vegetación parecen flotar en el mar de China drapeado de color esmeralda.

Tenemos por otra parte una visión resumida pero muy ajustada de los acontecimientos previos a la gran debaclede Diem Bien Phu que fue la última batalla tras la cual, los franceses derrotados firmaron definitivamente el acuerdo de descolonización.

Se ha comparado la forma que tiene el país a la caña de bambú con la que los campesinos transportan a ambos lados sus mecancías. En efecto el gran cesto arrocero del Norte (Tonkin) está unido al cesto del Sur (Anam) a través de una estrecha franja montañosa donde antiguamente se encontraba la capital imperial Hué y la ciudad veraniega de Dalat.

No obstante todo lo anterior, en mi opinión Fernando Schwartz ha elegido el camino fácil en esta novela. Describe paisajes y situaciones; pone ante nuestros ojos grandes retazos de una historia que se repetiría lamentablemente años más tarde frente a los Americanos, pero no entra a analizar las auténticas causas del conflicto, ni trata de penetrar en la psicología profunda de los personajes. Nuestros dos personajes principales, evidentemente están divididos entre dos países, dos lealtades, pero parecen razonar de la misma manera con las mismas palabras. Se compara al pueblo Vietnamita con el sencillo y pobre cuenco de laca que no obstante es fruto de una paciente labor y miles de pinceladas hasta transformarlo en un utensilio prácticamente indestructible. La confianza con la que el líder comunista encarcelado, le explica a Liên el proceso de fabricación de ese sencillo cuenco, y la confianza con la que asegura la victoria final sobre el ejército francés es quizá una de las mejores páginas del libro.

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