8 de septiembre de 2013

Escuela de bambú: Wajiralongkorn Dam y Parque Nacional Khao Leam


Cuando en  1984 Thailandia concluyó la construcción de  la Presa   Wajiralongkorn  (así llamada en honor del  Príncipe Heredero)  cortaba  el paso de todas las aguas que fluían  por una vasta zona  montañosa  del noroeste de Tailandia  y creaba  un  lago  artificial de  más de  450 kilómetros cuadrados.  Los estrechos valles  quedaron  anegados por las aguas  y de las colinas sólo quedaron  las crestas más altas, que sorprendidas siguen mirándose en las cristalinas aguas que las rodean.  
            El parque  Nacional  Khao Leam  cedió a las aguas  aproximadamente un tercio de su superficie, pero  añadió  a la impresionante belleza de sus bosques, sus cascadas y sus  cuevas la belleza de ese inmenso lago  especular  en el que todo de duplica  invertido en su reflejo.
           Pasear por el lago en barca es una experiencia que recomiendo a cualquiera que se acerque a Tailandia  y quiera  escapar de las playas  atestadas  o de la contaminada capital.  incluso para los que vivimos al borde mismo  de ese inmenso lago,  un paseo en barco desde Bon Phi hasta la isla de los Cocoteros  (isla  Kati)  es una especie de recompensa  que no se puede desdeñar. 
          Salimos  de Sangklaburi  a primera hora de la mañana  con un grupo de alumnos y a las nueve de la mañana un barco relativamente grande  de 32 plazas nos recogió en el embarcadero de Bon Phi. Recorrimos  en una hora  a penas un tercio de la longitud total del lago y a pesar de que las imágenes se repetían una y otra vez no podíamos  dejar de contemplar  esas pequeñas islas entre las que avanzábamos  cubiertas con un penacho de espesa vegetación, y  erosionadas  en la base  por la suave  pero persistente caricia del agua  hasta dejar al descubierto su  arcillosa y rojiza  sustancia.

          Una de esas islas de consistencia más arenosa ha sido recientemente transformada por la iniciativa privada para llevar a cabo un interesante experimento  en la explotación del cocotero.  Por medio de injertos en laboratorio y cuidados intensivos en  invernadero hasta los 18 meses han creado un híbrido que produce unos cocos desprovistos de aceite pero de una carne blanda y gelatinosa, ideal para repostería y que con el nombre de "Ma Phrao"en el mercado alcanza el triple del precio  habitual para este fruto.
              En la actualidad producen según épocas del año entre 600 y 2000 cocos semanales y pudimos admirar con qué destreza y rapidez los cocos son arrancados  de los árboles mediante largas pértigas de bambú y  descortezados en menos de medio minuto. Probamos in situ el exquisito manjar, comimos las provisiones que llevábamos, contemplamos desde lo alto de la isla el impresionante  panorama y los más jóvenes pudieron bañarse en las cristalinas aguas del lago utilizando la borda del barco como trampolín. 
            Temprano por la tarde emprendimos el regreso contemplando ahora la impresionante cadena de montañas  que de norte a sur  surcan la región. En la cima de la más alta, la gigantesca esfera que protege las antenas de Vigilancia Area   de Seguimiento de Satélites y de Comunicaciones nos lanza plateados destellos.  Nos gustaría contemplar desde esa cumbre todo el valle y de una  simple ojeada la inmensidad del lago, pero parece ser que  el acceso está restringido. Habrá que conseguir el permiso correspondiente  y desde esa altura dibujar con los ojos pero sobre todo con el corazón el contorno de este precioso lago que, de paso, gracias a 5.500 millones de metros cúbicos de agua que desaloja mantiene activas las tres gigantescas hidro-turbinas de 100 MW cada una.