27 de febrero de 2014

Escuela de Bambú I ¿Qué es el Budismo?



                Decir que el Budismo es la religión mayoritariamente practica en casi todos los países del Sudeste Asiático no es decir nada, pero tiene la ventaja de no entrar en disquisiciones filosóficas  sobre si se trata de una verdadera religión, si es una filosofía o si se refiere a unas  enseñanzas transmitidas  que los adeptos tratan de asumir e integrar en sus vidas.
                El Budismo no es deísta como lo son la principales religiones monoteístas que conocemos.  No habla de Dios o de un Ser Supremo a quien debamos rendir cuenta  y cuyos mandatos debamos obedecer.  Tampoco es una filosofía propiamente dicha aunque sus exégetas   a través de sus  comentarios y sus escritos han  intentado elaborar teorías sobre aspectos tan transcendentales como  la teoría dualista de materia y espíritu, o la existencia y el más allá por poner sólo dos ejemplos.
                Con una mentalidad abierta cabe decir que es una religión  y tiene algunas de las grandes características de las grandes religiones:  un compendio de prácticas religiosas, (Dharma) lugares de culto  (Templos)y personas encargadas de transmitir las enseñanzas (Sangha)
                Centrándonos en lo más básico podemos sin duda afirmar que El budismo es un conjunto de enseñanzas de carácter pragmático y experimentadas por uno mismo ,  destinadas a erradicar el  sufrimiento humano; sufrimiento entendido primariamente como ansiedad existencial (sánscrito : dukkha ) y por derivación como a cualquier otra forma de sufrimiento. El objetivo es alcanzar una paz y felicidad no condicionadas por la experiencia común de los fenómenos de  realidad . Esta situación de común ignorancia (avidya) , es por tanto lo que el seguidor del camino budista pretenderá erradicar siguiendo la doctrina y prácticas dejadas por el Buda.
                Para explicar estas prácticas debemos partir de las 4 Nobles Verdades dejadas por Buda:
1. La vida es sufrimiento; 
2. El sufrimiento es debido al apego; 
3. El apego puede ser vencido;
4. Existe un camino para conseguirlo.

1. Sufrimiento es la traducción más común de la palabra sánscrito duhkha, que también puede ser traducida como imperfecto, estresante o angustioso. Algo que contribuye a la angustia es anitya, el hecho de que todas las cosas son inestables (no permanentes), incluyendo a los seres vivos como nosotros. Además, está el concepto de anatman, que significa literalmente "sin alma". Anatman se refiere a que todas las cosas están interconectadas y son interdependientes, así que nada, incluidos nosotros mismos, posee una existencia separada del resto.

2. Apego es la traducción más corriente de la palabra trishna, que significa literalmente sed y también puede ser traducida como deseo, codicia, anhelo o lujuria. Dado que nosotros y el mundo somos imperfectos, inestables (no permanentes), y no podemos separarnos de él, estamos siempre "enganchados" a las cosas, a los demás y a nosotros mismos, en un erróneo esfuerzo por alcanzar la permanencia. Además de trishna, está dvesha, que significa evitación u odio. El odio es una forma de apego a su manera.

Y finalmente está avidya, que es la ignorancia, o la renuncia consciente a ver la realidad. No comprender plenamente la inestabilidad (no permanencia) de las cosas es lo que nos lleva a apegarnos a ellas en primera instancia. 

3. Quizá el término budista más erróneamente interpretado es aquél que se refiere a la superación del apego: el nirvana. Literalmente significa "apagar", pero a menudo se cree que se refiere o a una especie de cielo budista o a la nada más absoluta. Realmente tiene que ver con el abandono del apego, el odio y la ignorancia y la aceptación plena de la imperfección, la inestabilidad (no permanencia) y la interconexión de todas las cosas.

4. Y existe un sendero, llamado dharma. Buda lo llamó la vía media, que fue interpretado como la vía media entre las filosofías opuestas del materialismo y el idealismo, o entre el hedonismo y el ascetismo. Este sendero, esta vía media, se desarrolló como el Óctuple sendero.

Es importante señalar aquí que Buda, como otros grandes sabios, no escribió nada; no existe, pues, ningún texto que exponga con seguridad sus palabras. Lo que recoge las más antiguas tradiciones es el voluminoso canon escrito en lengua pali, y dentro de él el Dighanikaya. Así mismo conviene recordar que ese voluminoso canon de más de 80.000 enseñanzas  está íntimamente influenciado por las teorías y creencias brahmánicas e hinduistas de las que nace y explica a su vez  la confusión que a veces se crea entre creencias puramente hinduistas como la transmigración y el concepto budista de la anatman o interdependencia.  

El óctuple Sendero o dharma se refiere a la práctica  del budismo y según las diferentes escuelas  de budismo se pone mayor o menor énfasis en algunos de ellos.   Por citaqrlos de manera suscita podemos  decir que los dos primeros se refieren a  la sabiduría y son  recta visión  y recto pensamiento  Los tres siguientes se refieren a la moral:  recta palabra, recta acción y recto modo de subsistencia y los tres últimos a la meditación:  recto esfuerzo, recta atención y recta concentración.

En un próximo post volveremos sobre este óctuplo sendero y en particular en los que se refiere a dos aspectos fundamentales del budismo cuales son la ética y la meditación.


24 de febrero de 2014

Esccuela de Bambú: La tragedia me acerca a una familia Karen




Empezamos  la última semana de Febrero y el calor se ha instalado definitivamente en la región.  Es domingo, todo está en silencio, pero a lo lejos se ven grandes humaredas. Los  campesinos queman los rastrojos de los campos de tapioca y de paso ahuyenta con el humo a los mosquitos que han vuelto a  integrarse en nuestra vida cotidiana.
Esta tarde he ido con mi amigo Victor a visitar a Lam Me Me.  Es una niña despierta y sonriente de 11 años a la que acaban de amputar un brazo.  Viajaba con familiares en un autobús en Birmania cuando de pronto un frenazo brusco del conductor hizo que volcara el autobús. La niña fue quien se llevó la peor parte. Su brazo izquierdo quedó aprisionado bajo la carcasa.  La trasladaron a un dispensario local donde lo único que  supieron o pudieron hacer fue escayolar el brazo y mandarla para casa.  A los dos días los dedos de la mano estaban ennegreciendo y los dolores era  insoportables.  Su tío, que trabaja en la las dependencias del colegio  tomó la decisión que salvó la vida de la niña.  la trajo a Tailandia y  la ingresó en el hospital Evangelista de Ban Huey Maley a unos  20 kilómetros de Sangklaburi  El Doctor Scott  nos mostraba días más tarde fotografías del estado en que llegó la niña: 4 o 5 fracturas diferentes en el brazo,  músculos desgarrados, y piel totalmente desaparecida.  Su única posibilidad para salvar a la criatura era amputar el brazo izquierdo.
Acudí con Víctor para interesarme por la niña y su familia.   Lam Me Me es la cuarta  de siete hermanos ,  Los padres viven a salto de mata entre Birmania y Tailandia.  Plantan tapioca en terrenos más o menos abandonados  y consiguen aproximadamente 250 Euros  como fruto del trabajo  intensivo de varios meses. Cuando  empiece la época de lluvias  irán en busca de brotes  de bambú, hongos y otros productos comestibles que pueda recoger en el bosque.  A hurtadillas y con riesgo de ir a la cárcel cortará cañas  de bambú  que le pagarán  a menos de 0,35 €  el  haz  de 25 cañas.   Los dos hijos mayores con menos de 15 años han abandonado ya la escuela y han empezado a trabajar en un almacén de caucho. Esperan ganar 2 Euros al día
. La familia ha estado moviéndose de un lugar a otro en esta zona fronteriza entre Tailandia y Birmania, han ocupado casas abandonadas y en la actualidad viven con la abuela  y la familia de  otra  hermana.  En total  conviven en menos de 50 metros cuadrados 14 personas.

En principio, la operación de Lam Me Me no es gratuita. Esta familia se habría empeñado de por vida si  Víctor no llega a enterarse  y se ofrece para cubrir los gastos de la operación.  Pide al Doctor Scott que no escatime esfuerzos para salvar lo más posible el muñón  para lo que tendrán que hacer una segunda operación y trasplantar piel del muslo a la parte del brazo que ahora esta  despellejada

.Hoy hemos vuelto a visitar a Lam Me Me y llevarle algún juguete y unas golosinas.  La madre con su último vástago de menos de un año ha  permanecido todo el tiempo en el hospital.  Los padres, el tío, los hermanos rodean a la niña como una piña. Lam Me Me comparte las manzanas que le hemos llevado con sus hermanos y se me saltan las lágrimas.  Hay que vivir de cerca la tragedia y no permitir que críe callo en nosotros. Luego hemos ido a conocer dónde  vive realmente la familia y nos hemos llevado con nosotros al tercero  de los hermanos que con 12  años y medio  también ha  dejado de estudiar.  Lam Me Me no tiene relación alguna con nuestro colegio. No tenemos muy claro   siquiera si va al colegio. Nos alertó su tío, y eso bastó. Nada de lo que ocurre cerca de nosotros, sobre todo cuando se trata de niños puede dejarnos indiferentes.  Eso es lo que confirma que estoy donde quiero estar  en estos momentos. 

21 de febrero de 2014

Escuela de Bambú: Arte Budista c) Símbolos



En algún post anterior mencionamos que las imágenes de Buda no aparecieron hasta más de 600 años después de su muerte.  Entre tanto, símbolos como la huella del pie de Buda, el árbol bajo el que recibió la iluminación, los túmulos funerarios y otros varios objetos sirvieron de  símbolo y recordatorio de la Nueva doctrina.
El budismo derivó en dos vías diferentes: la del norte o Mahayana ,  practicada en China, Tibet, Japón y Corea y la del Sur o Theravada practicada en todo el Sudeste Asiático. Aunque algunos de los signos y emblemas  como la flor del loto o la Rueda del Chakra son comunes a ambas escuelas,  otros, como el Estandarte Sagrado, el Nudo sin fin,  La Caracola,  la  Pareja de Carpas o el Vaso Sagrado son propios de la Escuela  Mahayana. Por mi parte me limitaré a explicar brevemente  los símbolos del Budismo Theravada que es el practicado en Tailandia.
La Rueda del Dharma  o Dharmachakra  representa el Dharma   o colección de enseñanzas de Buda que la puso en marcha  por primera vez con la enseñanza de las cuatro Nobles Verdades a saber: la vida es sufrimiento, el origen del sufrimiento es el deseo, la supresión del deseo conduce al Nirvana el camino para suprimir el deseo es el óctuple Noble Sendero.
Precisamente  la Rueda del Dharma tiene ocho radios para recordarnos  que la extinción de nuestro sufrimiento se encuentra en  la visión correcta, el pensamiento correcto, el habla correcta,  la acción correcta, el medio de vida correcto, la atención correcta y la concentración correcta.   El aro que une los radios simboliza toma de conciencia de estas virtudes y sus  ocho puntas son las que pueden  suprimir la ignorancia. La forma circula es símbolo de la perfección y su centro simboliza la disciplina que estabiliza la mente.
La Rueda del Dharma es de lejos el símbolo más popular del Budismo y su origen se remonta a los tiempos del glorioso Rey Asoka  de la India ( Siglo III a.C) La encontramos tanto en la Bandera de la India como  en Tailandia, sobre un fondo amarillo, en la bandera oficial  Budismo.
La Rueda del Dharma se puede encontrar esculpida en piedra,  en los frescos de los templos, y en el techo más alto de los templos, a veces la vemos flanqueada de dos ciervos, eso se debe a que el primer sermón de Buda tuvo precisamente lugar en el Parque de los ciervos de Samath.
La flor de loto  (Sánscrito: Padma kamala)  loto representa la iluminación y a todos los que la han alcanzado, liberándose de la ignorancia, como un loto surge limpio y puro atravesando el lodo del fondo del lago.  
El loto simboliza la pureza, en especial la pureza de la mente. Así como un loto sale del lodo y se mantiene flotando impoluto en la superficie de las aguas del lago, pero  sigue teniendo sus raíces en la tierra sino que continúan trabajando para el beneficio de todos los seres, llevándolos al camino del despertar. Precisamente El Loto, además de una imagen de los sonrosados labios de Buda es  el símbolo del Despertar; el florecimiento del loto representa al momento del Nirvana.
También los budas a pesar de haber alcanzado la iluminación, no escapan simplemente del mundo samsárico, ( o ciclo de nacimiento, vida, muerte y reencarnación ).
El loto nos recuerda, que la compasión y sabiduría de los budas surgen del mismo mundo ordinario en el que moran las disputas, el odio, la desconfianza, la ansiedad y demás emociones negativas. Ese mismo mundo es  el lugar de surgimiento de los budas, criaturas perfectas que han despertado del sueño de la ignorancia y que perciben la realidad tal y como es, con claridad absoluta y con una profunda compasión frente al sufrimiento de todos los seres  vivos.



17 de febrero de 2014

Escuela de Bambu: Ko So No


El KoSoNo es un sistema de enseñanza libre pilotada por el Gobierno Tailandés para aquellos alumnos que por razones de edad, de trabajo, o de alejamiento, tienen  quieren hacer los ciclos de Estudios Primarios y Secundarios fuera del sistema oficial pero pilotados y sancionados por exámenes y títulos de las autoridades educativas.
Los alumnos tienen exámenes semestrales y dependiendo de su capacidad de aprendizaje puede hacer tres cursos en dos años lo que supone adelantar en cuatro años el ciclo completo de estudios antes de la Universidad.
Som See  tiene 13 años.  Es Karen y nació en el Paso de las Tres Pagodas en Birmania. Su madre abandonó la familia para tentar suerte por su cuenta en Bangkok hace 8 años. Desde entonces no la ha vuelto a ver. Vive con su padre y con su abuela y acude a la Escuela de Bambú de los Hermanos de la Salle situada en la misma frontera con Birmania pero del lado Tailandés. Su padre, que trabaja en en una fábrica de zapatos  de este lado de la frontera para ganar poco más de 5 euros diarios,  quiere que se hija hable bien tailandés. Ya que casi irremediablemente su futuro está en Tailandia, cuanto mejor hable el idioma mejor se defenderá en la vida.
Som See había empezado la escuela en Birmania pero no siempre ha podido continuar  ya sea por falta de profesores o por no poder pagar las cuotas, los libros o los uniformes.  En la Escuela de Bambú todo es gratuito y además el arroz cocido que lleva al colegio por la mañana es complementado por un segundo plato de carne y de verduras.    Som See es feliz, tiene amigas en el colegio pertenece al grupo de danzas folklóricas y se está convirtiendo en una adolescente despierta, guapa e inteligente.
Como soñar no cuesta dinero, Som See a veces se ve ya revestida del uniforme blanco de enfermera en el hospital de Sangklaburi. Su dominio del Karen, del Birmano y del Tailandés, además de las nociones que inglés que está adquiriendo  la prepararán para ayudar a sus compatriotas inmigrantes sin papeles que trabajan en las plantaciones de caucho de Tailandia y que tan difícil lo tienen cuando enferman.
Pero eso es todavía un sueño.  Antes tiene que completar al menos la  Primaria y el Primer ciclo de Secundaria.  Con la ayuda del Colegio y siguiendo los cursos  KoSoNo  dentro de 9 años podría presentarse  a los exámenes de entrada de la Escuela de Enfermeras, pero ¿ podrá  vencer los obstáculos que la esperan?
Algunas de sus amigas en el pueblo de Birmania ya van como aprendices a  un taller de confección de camisas de Tailandia. No ganan mucho dinero pero  ayudan a la economía familiar y dentro de dos o tres años a más tardar formarán una familia con algún muchacho tan desprotegido como ellas mismas. ¿Cuánto tiempo  aguantará su padre sin recordarle que deje de soñar?  Su abuela  ya le está  señalando muchachos de su edad o un poco mayores que podrían ser un buen partido.  Su padre no tardará en presionar  para que al menos deje de ser una carga familiar.  ¿Qué hacer?  Desde el colegio ¿cómo podemos ayudar a todas las Som See  y todos los  Wong Chai que se encuentran en las  mismas circunstancias.
Nosotros también soñamos.  Soñamos y nos quebramos la cabeza buscando la manera  de poder ofrecer una esperanza a estos muchachos y muchachas  asegurándoles básicamente tres cosas.
a)      Un trabajo  remunerado que les permita  aliviar la presión económica de la familia, subviniendo a sus necesidades básicas  de comida y desplazamientos pero sin recurrir a la dispersión y el aislamiento de sus compañeros.
b)      Un seguimiento  de sus estudios  y clases que complementen las que  reciben en la Escuela KoSoNo del Gobierno a la que acuden un día a la semana, y muy especialmente en aquellas asignaturas  en las que la presencia del profesor es casi imprescindible: matemáticas, ciencias, inglés y tailandés.
c)       La cercanía de los compañeros  y profesores que les permitan  aguantar presiones externas de toda índole, sentirse  respaldados y contar con la presencia de animadores, a veces  consejeros  y  siempre  amigos  a los que poder acudir. 
Llevamos semanas buscando opciones: ¿Crear en el colegio un taller de corte y confección, enseñarles el oficio  y buscarles trabajo en las escuelas  confeccionando uniformes?  ¿Montar una pequeña cocina en la que puedan preparar comidas y repostería para distribuir entre los alumnos?  ¿Montar algún taller para fabricar objetos de bambú que tan generosamente se da en la zona?  ¿Recurrir a la ayuda externa y buscar patrocinadores de Becas Anónimas de  KoSoNo, con un coste de 20.000 baht  (500 Euros) anuales por alumno? ¿Una combinación de creación de recursos y de ayuda externa?
Seguimos buscando. No podemos quedar de brazos caídos. Afortunadamente el problema podrá  resolverse un plazo de dos o tres años. Cada vez los niños llegan antes a nuestro colegio. Si empiezan los estudios a la edad que les corresponde, podrán integrarse al ciclo de estudios tailandés y llegar hasta donde  los niños y la familia lo deseen.
Summary
Thai children, who for reasons of age, work or distance cannot follow regular studies in Thailand have access to Primary and Secondary Studies through the Ko So No Program  which is sponsored    by the Education Authorities and allow the students to follow their studies with minimum attendance to school and regular exams. This enables   them to shorten their schooling and get full valid Certificates.
This program is specially valid for  some of our Burmese students who  because of the change from Burmese to Thai studies, have to start all over again and when they begin to master  the Thai language  they are  submitted to great pressure from their parents  to find a job   and in the case of girls even to get married.   I describe the life of Som See   and  what we would like  do  so as to ease the pressure from the family.  I  propose we should  develop  a clearly defined program to help these  Ko So No boys and girls to earn some money  and at the time to assist  them in  their studies, particularly in those matters who very often require  additional explanations. Besides they need to be understood  and  to find themselves in an  atmosphere which fosters friendship, collaboration and occasional guidance.
สาระสำคัญ
เรื่องนี้หมายถึงโปรแกรม ซึ่งจะช่วย ให้นักเรียน ที่จะครอบคลุม การศึกษาประถมศึกษาและมัธยมศึกษา  ถึงแม้ว่า พวกเขา จะไม่สามารถ ไปโรงเรียนอย่างสม่ำเสมอ  เด็กที่ต้องเรียนภาษาไทย ก่อนที่จะเริ่มในโรงเรียนประถมศึกษา  อายุเกินไปที่จะปฏิบัติตามการศึกษาปกติ ผมคิดว่า เราสามารถช่วยให้พวกเขา โดยช่วยให้พวกเขาที่จะได้รับเงิน โดยอธิบายให้พวกเขาในเรื่องที่ยากที่สุด และโดยการสร้างบรรยากาศที่เหมาะสม ในการสร้างมิตรภาพ การร่วมมือ และบางครั้งคำแนะนำ


13 de febrero de 2014

Escuela de Bambú: Arte budista b) Los templos


El Budismo es  en sus orígenes eminentemente  dinámico.  Los Monjes son itinerantes  y excepto durante la época de las lluvias (Pansaa) se desplazan de un lugar a otro predicando  la Vía  de la Iluminación y enseñando las cuatro nobles verdades.  No es extraño pues  que los templos o monasterios propiamente dichos aparezcan en una época relativamente tardía.  
La primera construcción esencialmente religiosa  es la pagoda o chedi. Se trata de un monumento funerario  de forma cónica o piramidal construido para albergar alguna reliquia de Buda. El Chedi  ha ido evolucionando en usos y formas  y en la actualidad  es solo una parte  significativa  de un  conjunto de edificios  que conforman propiamente el monasterio.
Con el desarrollo del budismo y el creciente número de monjes fue necesario disponer de edificios más consistentes donde albergar no sólo las diferentes imágenes  de Buda sino también los libros sagrados y  dar cobijo a los  monjes.
No todos los templos budistas en Tailandia tienen el reconocimiento real de Monasterio o “wat” ni tienen necesariamente todos los edificios que se señalan a continuación pero  en una visita a cualquiera de los monasterios  importantes  del país nos encontraremos con varios siguientes edificios:
En primer lugar el ya mencionado Chedi o estupa  cuyo número puede variar en función de sucesivos ofrecimientos  y donaciones de los fieles con lo que su finalidad deja de ser meramente de relicario y se convierte  en monumento simbólico o conmemorativo.  El Chedi tiene  formas diversas  que dependen  de la época  histórica e influencia geográfica. El  Prang o torre en forma de  capullo de loto por ejemplo,  es de origen  Kemer  y se encuentra sobre todo en  templos del período de Ayutthaya.   El monumento simboliza la doctrina budista en la que cada parte representa elementos cósmicos. La base cuadrada representa la tierra. La bóveda hemisférica  o acampanada describe la parte celestial. La terraza simboliza la residencia de los dioses. La luna creciente es la unión del cielo y de la tierra. Y por último, los Chakras o discos que coronan el mástil y, que a medida que ganan altura, pierden superficie y representan los cielos sucesivos.
El Bot es el edificio más sagrado de todo el monasterio,  alberga la estatua principal de Buda y se reserva para las grandes ceremonias de ordenación y para los rezos y culto de los monjes.   Los fieles  hacen lo propio en  el Wihan que es una  edificio amplio,  con una o varias estatuas de Budha  y una tarima en la que se colocan los monjes que dirigen la oración.
Uno de los edificios más elaborados y profusamente adornado es el Mondop. Suele tener forma cuadrangular  y múltiples tejados superpuestos en forma de pirámide. Las puertas y ventanas están, primorosamente adornadas con tallas relieves  y repujados. A veces hace las veces del Ho Trai o Biblioteca que suele ser un edificio donde se conservan los libros sagrados del budismo. En ambos casos se trata de edificios de reducidas dimensiones pero muy protegidos contra inundaciones,  y otras formas de deterioro.
Un monasterio budista es un lugar al que  los fieles acuden para rezar pero también para otras ceremonias como  bodas, funerales, conferencias, ofrendas etc. Por ese motivo,  todos suelen disponer de una o varias Sala  o Sala kan Prian  que son pabellones abiertos  y muy ventilados adornados con estatuas de Buda y una amplia superficie diáfana  en la que los fieles se  acomodan . El motivo inicial de la Sala es  servir de lugar de enseñanza para los jóvenes novicios y niños  en general. Por otras parte  nunca falta el Ho Rakan  o campanario. Como dato curioso en Tailandia las campanas y gongs nunca tienen  badajo, sino que son los fieles quienes  las hacen sonar golpeándolas con un mazo de madera dispuesto al efecto.
 La zona del monasterio reservada a los monjes  suele llamarse  Sanghawat  y originalmente consistía en pequeñas celdas  o Kuti individuales para cada monje. Por razones prácticas  en muchos monasterios los kuti individuales han sido sustituidos por modernos edificios  residenciales con  habitaciones individuales.   
No es infrecuente encontrar en el mismo perímetro del templo una escuela  generalmente atendida por las autoridades  educativas  correspondientes, un orfanato para niños abandonados  y casi siempre un crematorio  para las ceremonias de incineración de los difuntos.
Una de las cosas que primero llama la atención  al acercarnos a un templo budista es la elaborada forma de los tejados  superpuestos  que cubren los edificios del templo.  Suelen tener dos o tres capas  pero algunos de los templos reales pueden alcanzar hasta cuatro  capas en disminuación.  Su utilización es más estética que funcional pues sirve para  elevar y  hacer  más dinámicos unos tajados que dada la amplia superficie que cubren  darían de otro modo una  sensación de aplastamiento.  Múltiples superposiciones   y la disposición telescópica de  las mismos acrecientan el ritmo dinámico de los tejados  cuyos aleros  y sobre todo sus terminaciones  retorcidas que se vuelven hacia el cielo en forma de serpiente  o de llamas crean un efecto único  en  la silueta de la ciudad ya que se extiende no sólo a los templos sino también a los  palacios y otros edificios públicos de la capital.
Nuestro recorrido por el templo budista no sería completo si no diéramos cuenta de algunos seres mitológicos  y símbolos habituales del budismo.
El símbolo más representado en el tempo budista es sin duda el dharma chakra o rueda del Dharma  de ocho radios que simboliza la rueda de la vida y el óctuple sendero sobre el que volveré  próximamente.  
En cuanto a los  seres mitológicos que podemos encontrar en un templo citaremos en primer lugar los Yaksha en tailandés Yak o gigantes guardianes de los templos  que en parejas se sitúan a las puertas  del monasterio y de los diferentes edificios. Así mismo  como elementos arquitectónicos decorativos encontramos Nagas o serpientes divinas, Garudas   o águilas sagradas que son sus antagonistas, y los  los simpáticos  Hannuman o hombres  mono y las encantadoras Kinari mujeres pájaro  símbolo de la belleza y de la danza.

11 de febrero de 2014

Escuela de Bambú: Reencuentro con antiguos alumnos


A través de los Hermanos de la Salle con los que estoy trabajando en el Noroeste del país,  llegó noticia de mi presencia en Tailandia casi al extremo opuesto, a Chantaburi donde hace 46 o 47 años fui profesor de inglés.  Se pusieron en contacto conmigo para preguntarme cuándo podría pasar a visitarlos. No fue fácil acceder a su invitación pues  Sangklaburi está a más de 700 kilómetros de Chantaburi y además no hay transporte directo. 
Finalmente esta pasada semana, aprovechando el desplazamiento de uno  de los Hermanos he podido acercarme a Chantaburi y acudir a  la cena preparada en mi honor.  Nunca pensé que fuera a encontrarme con tan nutrida afluencia de antiguos alumnos.   Hombres  a punto de jubilarse, que se acercaban a mi  esperando que reconociera en sus rasgos al  estudiante espabilado, al que había que repetir mil veces las cosas, al que no paraba quieto o al chistoso del grupo.  Los nombres se habían borrado  y no hice ningún esfuerzo por recuperarlos pero si me dejé  invadir por esa sensación de bienestar  que se  experimenta cuando uno tiene la sensación de haber hecho las cosas lo mejor posible y no  teme que nadie venga a recordarle algún cabreo monumental, la pérdida de compostura  o irreconciliables desavenencias.
Era una clase de una treintena de alumnos y que  acudieran a la cena cerca de la mitad me pareció una proeza.  Todos  me abrazaron, tomaron mis manos  entre las suyas, quisieron fotografiarse  a mi lado, me recordaron anécdotas  ( que también daba clase en la escuela de enfermeras, que  hacía dibujos para  enseñarles los usos de los tiempos verbales,  que jugaba al fútbol con ellos y hacía de portero,  etc.) y la cena discurrió con el alboroto propio de chiquillos de un colegio a la hora del recreo.
Habían invitado también a  otros tres profesores de la misma época y después de la cena  nos hicieron sentar en unos sillones dispuestos al efecto y fueron pasando uno tras otro ante  nosotros  y de rodillas se  postraron en un profundo saludo y nos impusieron la guirlanda – pulsera  de jazmín símbolo de buenos augurios y mejores deseos .  Me costó mantener mis emociones  bajo control  pero había que sobreponerse porque sabía que en un momento me tocaría pronunciar unas palabras y pese a  los meses que llevo en Tailandia todavía no puedo  hablar en tailandés “de la abundancia del corazón”.  Como en esos momentos  quien de verdad quería hablar era el corazón no tuve más remedio  que valerme del viejo truco de que puesto que  habían sido mis alumnos de inglés y que habíamos  hecho bien las cosas nos sería fácil seguir entendiéndonos en ese idioma,  y ya sin limitaciones pude de verdad agradecerles que siguieran recordando a sus antiguos  profesores  y nos dieran tantas muestras de cariño. 

3 de febrero de 2014

Escuela de Bambú: Juntos nos divertimos



Visita del Hno Edmundo, Visitador del Distrito LEAD de los Hermanos de la Salle en el Sudeste Asiático.
Bailes ofrecidos por alumnos y profesoras.

Ecuela de bambú: Otoño en Tailandia


A pesar de que podemos ver unas puestas de sol espectaculares  con el sol incendiando la silueta de los montes, que el  clima es benigno, y que por las mañanas jirones de niebla blanquecina  intentan tapar como con un manto las hojas mohosas de los árboles,  no me gusta el otoño en el noroeste de Tailandia. Claro está que si preguntamos nos dirán que esa estación no existe en Tailandia, pero ¿cómo llamar a ese momento en que los árboles se engalanan de mil colores antes de decir adiós a su verde follaje?


No me gusta este otoño porque no encuentro esos amarillos, anaranjados, ocres, rojos incandescentes, o marrones sepias con los que nuestros bosques componen sus hermosas sinfonías otoñales.  Las hojas de los “tekas” grandes como pañuelos desplegados,  de pronto, oscurecen, se arrugan, y  sucios guiñapos, se enganchan a las ramas como negros pajarracos hasta que la ventisca las hace caer pesadamente sin una pirueta de despedida.    Las “haveas”  que  plantadas por el hombre  forman una parte importante de nuestra masa forestal,  parecen ponerse de acuerdo para desnudarse a un tiempo y sacudir en menos de diez días su marchito penacho de hojas tristes y oxidadas.  De pronto, el bosque se vuelve transparente y  las cabañas  de los que trabajan en las plantaciones quedan  expuestas a todas las miradas.  Pero, ellos como las hojas también se mudan, no les queda otro remedio. Mientras los árboles  florecen y hasta que no broten las nuevas hojas, no se puede recoger el látex.  Tienen que buscar trabajos alternativos.   


Tampoco me queda pues  el placer de ver a altas horas de la noche esas lucecitas que como luciérnagas, avanzaban por el bosque y no son  otra cosa   los sacrificados trabajadores que a la luz de sus frontales recorren  dos veces su parcela, una vez para herir levemente cada árbol y la segunda, al cabo de unas horas pare recoger el látex que se ha ido depositando en las cazoletas.  Si la noche era templada  a veces llegaba a oír alguna tonada  que  canturreada en un idioma desconocido y dulce, hacía menos  triste su  tarea.  Hay menos pájaros y los insectos parecen haber desaparecido. El silencio sólo se ve interrumpido de vez en cuando por un aislado ladrido o por el bronco grito de un lagarto.
Me queda el consuelo de los bambús.  Sus hojas  incluso ahora, ofrecen múltiples tonalidades de verde, desde el verde botella de las hojas más antiguas al verde hierba fresca de las recién nacidas.  Y es que como en una familia en la que se suceden las generaciones, los bambús van perdiendo las hojas más antiguas mientras  nacen nuevas y  temblorosas hojas nuevas.  
El otoño es breve en Tailandia. De hecho, casi no existe. Tras el largo período de lluvias, aquí en la montaña tenemos unos días frescos, con persistentes nieblas matinales. Pero los 10 u 11ºC con que amanecemos pronto suben a 25 o 26ºC   y en cuanto el sol irrumpe en el horizonte  la niebla se disipa y deja días radiantes. Es precisamente cuando aparece ese falso otoño en el que los árboles pierden sus hojas y que de ninguna manera pueden emular  nuestros gloriosos otoños europeos

2 de febrero de 2014

El Francotirador paciente: Arturo Pérez-Reverte

EL FRANCO TIRADOR PACIENTE
Novela
Arturo Pérez Reverte
Alfaguara
Colección Hispánica
312 páginas

            Debo confesar que Arturo Pérez Reverte es un autor que siempre abordo con aprehensión.  Algunos de sus libros me han entusiasmado, otros por el contrario me han dejado indiferente y llego a pensar que están escritos con el único propósito de cubrir el expediente o sus compromisos editoriales.

            Al leer la contraportada de su última novela “El francotirador paciente”  he visto la palabra “grafiti” y al verla he decidido que debía leer el libro sin más demora.  En efecto, hace un par de años, con ocasión de un viaje a Berlín descubrí junto a mi amiga Marisol, un universo de expresión artística  en lo que hasta entonces, para mí, como para la mayoría de los sesudos ciudadanos no era más que vandalismo, suciedad, y quebraderos de cabeza y enormes gastos de limpieza para las arcas municipales.

            Entre los múltiples “tours” que la ciudad ofrece hay uno particularmente chocante al que nos apuntamos: “Desarrollo del  grafiti urbano en la ciudad de Berlín” Caminamos durante varias horas por la ciudad y fuimos descubriendo las particularidades de los ”tags” o simples firmas, los “stencils” o plantillas,  los “collages” y la diversidad de autores, algunos consagrados que pueblan ese mundo marginal que se expresa, provoca y se rebela contra el orden establecido desafiando a la autoridad y desafiándose a sí mismos  buscando los lugares más inaccesibles, o peligrosos para dejar sus rúbricas y sus “banners” multicolores.

            Precisamente de todo eso trata el libro de Reverte y claro está, me ha gustado.  Yo diría casi que me encontraba en terreno conocido.  Sin embargo no es una gran historia y el argumento es bastante lineal: una especialista en arte urbano recibe el encargo de entrevistarse con uno de los grafiteros mas conocidos y más escurridizos.  Alguien más y por diferente motivo trata también de dar con el artista callejero.  Y la historia nos lleva en un periplo por Madrid, Lisboa y diversas ciudades de Italia como Verona, Roma y Nápoles. ( Sobre ésta última Pérez Reverte tiene algunas frases particularmente acertadas.) Pero ya estamos en la página 300 y hay que poner fin a la historia. Entonces, el autor, sin a penas previo aviso, saca de la chistera  el más desconcertante de los finales posibles. A nosotros de aceptarlo y de tratar de descubrir la lógica detrás de ese final o seguir rumiando la decepción.

De cualquier  manera, y al margen de la  intriga, hay suficientes alusiones, comentarios y reflexiones sobre el arte urbano, los grafitis, y el significado de las pintadas que afean nuestras ciudades como para que la novela merezca la pena.

 El grafiti es el único arte vivo – sentenció -. Hoy con internet, unos pocos trazos de aerosol pueden convertirse en icono mundial a las tres horas de ser fotografiado en una suburbio de los ángeles o Nairobi. El grafiti e la obra de arte más honradas, porque quien la hace no la disfruta. No tiene la perversión del mercado. Es un disparo asocial que golpea en la médula. Y aunque más tarde el artista se acabe vendiendo, la obra hecha en la calle sigue allí y no se vende nunca. Se destruye tal vez, pero no se vende.