27 de febrero de 2013

Monje junto al mar de Caspar David Friedrich



Monje junto al mar
Caspard David Friedrich 1808-1810
Óleo sobre lienzo 110 x 171,5 cm
Alte naationalgalerie Berlin

Cada vez que miro este cuadro hay algo que me angustia y me recuerda un cuadro  de Goya en el que un perro parece estar hundiéndose en un mar de arena.
Aquí, un monje, apenas  un punto ante la inmensidad de un paisaje plano y sin profundidad parece haber llegado a un punto sin retorno.  Voluntariamente Friedrich rompe con la tradición del romanticismo y le quita la perspectiva.   En el borde inferior del cuadro, la delgada orilla asciende en forma de franja blancuzca con un ángulo obtuso; en el punto culminante se puede ver, de espaldas, la pequeñísima figura de un hombre vestido de negro, la única línea vertical del cuadro. No existe ningún otro decorado;  . La opresiva zona oscura del mar conecta con un horizonte extremadamente bajo. La mayor parte  de la superficie queda reservada a la difusa estructura del cielo nublado. El objetivo de este modo de representación, que escalona una detrás de otra diferentes capas, cada una de ellas autónoma, es un espacio innovador infinito  Hasta el horizonte, el observador se orienta en relación con los diferentes tamaños, máxime cuando la figura proporciona una especie de escala. Sin embargo, el fondo no tiene medida; como las líneas fluyen hacia el exterior del cuadro, el auténtico contenido de éste, es la infinitud. El monje, cuyo puesto ha de asumir el observador por lo que se refiere al estado de ánimo, medita sobre la inmensidad del Universo, sintiendo su propia pequeñez.

1 comentario:

SOLOS dijo...

Afortunadamente explicas que hay un monje, que no un palito,, me encanta más el cuadro como tu lo explicas, muchas gracias ( algunas cosas no las entiendo pero me transmiten el sentimiento de grandeza y peqñez a un tiempo... mmm !Cuanto sabes, MAESTRO; y que bueno que me lo cuentes.