15 de diciembre de 2010

Hospitalero en el Camino de la Plata

Convento de San Esteban
Probablemente una de las visitas que más me impresionó en Salamanca fue la visita al convento de los Dominicos de San Estaban. Las dimensiones de la iglesia conventual con su fachada plateresca y su nave de más de 40 metros de altura en el cimborrio, hablan por si mismas del poder y magnificencia que caracterizaba una Orden religiosa asociada directamente con el prestigio de la Universidad pero también, lamentablemente, con los tribunales de la Inquisición.

Disfruté el paseo por los claustros superior e inferior mientras discurría sobre la visita que a petición de Isabel la Católica les hiciera Cristóbal Colón para defender ante los sabios Padres Dominicos geógrafos de la Universidad, la posibilidad de llegar a las Indias navegando hacia Occidente.

Sobrecoge la visita a la Vieja Sala Capitular, anterior a la construcción del actual convento. Allí pudieron tener lugar las doctas consideraciones y el no tan santo privilegio arrancado a los Reyes de ser la única orden religiosa con mandato para llevar a doctrina al Nuevo Mundo.

Una vez más lo humano y lo divino se entremezcla inextricablemente en las acciones de los hombres. Para no agobiarme me limito a contemplar la armonía de los claustros o la belleza de la escalera de Soto que los une y que fue obra de Rodrigo Gil de Hontañón.

3 comentarios:

Prometeo dijo...

Que delicia de sitio, la recuerdo vagamente de mi ultima visita sobre todo porque soy un enamorado de los claustros,,,un abrazo.

José Núñez de Cela dijo...

Poco conozco Salamanca, apenas vistas turísticas lejanas, pero recuerdo su plaza mayor sus catedrales, lo más típico(que no por ello menos bello) y su ambiente en la calle. Me has expuesto más elementos para volver. Gracias

Sherezade dijo...

Qué cierto amigo que los poderes ya sean sobre lo terreno o sobre el espíritu, están marcados con la insignia dominadora. De todas formas, esa es la historia, la tuya sin embargo es tus sensaciones recorriendo el sitio. Eso es lo que te llevas.
Mil estrellas de luz y esperanza