21 de mayo de 2008

El Infinito en la palma de la mano


EL INFINITO EN LA PALMA DE LA MANO
Novela
Gioconda Belli
Seix Barral 2008
Biblioteca Breve
50 Premio Biblioteca Breve
236 páginas

No sé si podemos llamar novela a este delicioso libro de Gioconda Belli que expande e indaga las 48 líneas que la Biblia dedica a la creación y castigo de nuestros primeros padres; pero con independencia del género y de haber sido merecedor del premio Biblioteca Breve de Seix Barral, tengo que admitir que este libro me ha encantado.

Había leído varios libros de poesía de esta autora nicaragüense y he vuelto a encontrar en estas páginas un lenguaje muy personal, a mitad de camino entre lo fantástico y lo poética para indagar partiendo de la Biblia pero también los relatos apócrifos, cómo pudo ser la vida de Adán y Eva después de ser expulsados del Paraíso. En particular se recrea en narrar el descubrimiento del propio cuerpo y de sus necesidades, el descubrimiento del entorno y el descubrimiento del amor.

Privados de la inmortalidad, conscientes de la existencia de la muerte a su alrededor, comprenden también que es a través del amor y de la entrega, que sobrevivirán y que sólo reproduciéndose lograrán un remedido de inmortalidad.

Un toque muy personal de Belli, es su énfasis sobre el descubrimiento de la ira y la violencia y el desconcierto que les causa el poder de dar y de privar de la vida.

Por otra parte la autora se aventura en lo que pudieron ser los conflictos en la educación de los hijos e hijas, en la existencia de los celos, y de la atracción sexual más fuerte que los tabús y de los mandatos de Elokin que es el nombre que Gioconda Belli usa en este relato para referirse a Yahavé.

Con independencia de los aciertos narrativos, de los guiños que la autora hace a las teorías de la evolución y de esfuerzo titánico que pudo suponer para Adán y Eva aprender a sobrevivir; por encima de los aciertos en la mezcla de relato bíblico y fantasía, creo que este libro destaca esencialmente por su tono poético. Sin lugar a dudas la autora es ante todo y sobre todo poeta, y que celebra la vida, la conciencia del propio cuerpo y las sutilezas del amor. Para muestra nos basta con el párrafo que transcribo a continuación


Flotaron en la corriente abandonándose a la sensación del agua cristalina. Entendieron sin dificultad la alegría de los peces cuyos colores a menudo habían admirado. Adán abrió los labios y sorbió lentamente el fresco líquido. Pensó en el sabor del fruto prohibido y buscó a Eva. Volvieron a besarse y a entrar el uno en la otra, asombrados de la insólita experiencia de sus cuerpos livianos y fluidos. Largo rato estuvieron quietos, fuertemente abrazados, cada uno intentando recuperar la memoria perdida de ser una sola criatura, alcanzar las imágenes que cada quien guardaba en su interior y verter en ellas el río de las propias. Recorrieron inútilmente los pasadizos tenues de sus mentes, deseando penetrar al densidad de las sensaciones del otro, sin poder traspasar el espacio donde cada quien existía irremediablemente solo en el límite del propio cuerpo. Por más que trataron, no lograron ver el paisaje intrincado donde habitaban sus más íntimos pensamientos. Fue el reconocimiento de aquella traba infranqueable lo que finalmente los envolvió e hizo que sus músculos y huesos se abrieran sin reparos para tomarse la única intimidad plenamente concedida, a la que llegaron sobre la orilla en medio del lodo y las algas de la ribera.

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