Sung Thong era el hijo del Rey Prohmtat y de la Reina
Chandradhevi. Pese a ello, sospechoso de
ser un mal presagio, fue desde niño
alejado de sus padres y desterrado de la ciudad. Lo abandonaron en una balsa de bambú a merced de la
corriente que lo llevó río abajo hasta
la ciudad de la ogresa Panthurat . La giganta sintió compasión de de Sung Thong
y acabó aceptándolo como su propio hijo. Panthurat dio órdenes a todo su
séquito de tomar la apariencia de seres humanos normales para que el muchacho
no se asustara.
Pasaron los años y Sung Thong se
convirtió en un joven apuesto y fuerte. Pero, pese a todos los desvelos que se tomaron
el joven empezó a sospechar que Thanturat escondía algo y empezó a sentir
miedo. Temeroso, empezó a hacer pesquisas y
pronto encontró en sus indagaciones muchos objetos mágicos
pertenecientes a su benefactora que
demostraban la verdadera naturaleza de su benefactora: camas tan enormes como una campo de arroz,
sillas que asemejaban pequeñas montañas, y descubrió también, por ejemplo, un
pozo de oro y plata en el que se
sumergió y salió con el cuerpo
recubierto de oro. También encontró una armadura llamada “Ngor Pa” un par de
zapatos de oro y una espada. Cuando Sung Thong se colocó la armadura “Ngor
Pa” se transformó en una persona horrorosa de complexión oscura y rizados
cabellos, pudiendo así esconder su
verdadera identidad. Se calzó los zapatos de oro que le permitieron volar,
empuñó la espada mágica y escapó por el gran río arriba.
Muy
pronto la ogresa Panthurat descubrió que
Sung Thong se había escapado. Lo
persiguió hasta orillas del Gran Rio y le pidió que volviera, pero Sung Thong estaba demasiado asustado para
volver. A la ogresa se le partió el corazón de pena, pero antes de caer
muerta enseñó a Sung Thong dos encantamientos uno para cazar
venado y el otro para sacar del río los más exquisitos peces. Sung Thong lloró mucho la muerte de su benefactora . Esperó a que se celebraran los ritos de la cremación, y se revisitió con la coraza “Ngor Pa” y encaminó sus pasos hacia la ciudad de
Paranasi.
El Rey Samol, regente de Paranasi tenía siete hijas. Pensaba encontrar para ellas maridos adecuados y por consiguiente hizo saber a los demás reyes de las ciudades vecinas sus intenciones. Todas las hijas del Rey Samol pudieron así elegir dignos príncipes con quien casarse, todas excepto Rojana, la más joven de las princesas. El Rey Samol se enfureció tanto por la indecisión de Rojana que ordenó a sus vasallos que hicieran venir a todos los hombres de Paranasi incluyendo al feo “Kgor Pa” para presentárselos a su hija. Rojana fue la única capaz de ver el hermoso cuerpo dorado de Pra Sung Thong y lo eligió como marido. El rey loco de ira desterró a su hija de palacio y la envió a vivir con el feo “Ngor Pa” a una pequeña cabaña en medio de los arrozales.
El Rey Samol, regente de Paranasi tenía siete hijas. Pensaba encontrar para ellas maridos adecuados y por consiguiente hizo saber a los demás reyes de las ciudades vecinas sus intenciones. Todas las hijas del Rey Samol pudieron así elegir dignos príncipes con quien casarse, todas excepto Rojana, la más joven de las princesas. El Rey Samol se enfureció tanto por la indecisión de Rojana que ordenó a sus vasallos que hicieran venir a todos los hombres de Paranasi incluyendo al feo “Kgor Pa” para presentárselos a su hija. Rojana fue la única capaz de ver el hermoso cuerpo dorado de Pra Sung Thong y lo eligió como marido. El rey loco de ira desterró a su hija de palacio y la envió a vivir con el feo “Ngor Pa” a una pequeña cabaña en medio de los arrozales.
El rey Samol buscaba por todos los medios deshacerse de su feo yerno pero sin resultado
alguno. Indra, el gran Señor de los Cielos se percibió de las malas artes del
rey y queriendo darle una lección, decidió bajar de los cielos y desafiarlo para decidir quién se quedaría con
la ciudad de Paranasi. El Rey Samol envió
a sus seis yernos a luchar contra el Señor Indra pero ninguno de ellos pudo vencerlo. Queriendo ayudar a su padre, la princesa
Rojana acudió a pedir ayuda a su
marido. Lleno de amor hacia su esposa,
Sung Thong se despojó de su armadura “Ngor Pa”
y se enfrentó al Señor Indra venciéndolo en el combate. El Rey Samol
lleno de alegría y arrepentimiento por su mala conducta pidió perdón a
Sung Thong y le ofreció el trono de Paranasi.
En la zona de Pechburi, en la costa oeste del
Golfo de Siam, la historia tiene una lectura algo diferente. La ogresa Panthurat murió de dolor y su cuerpo se petrificó cambiando la silueta de la ciudad que ahora
yace a pie de una montaña que tiene aspecto de una mujer gigante recostada. Sólo que la
ogresa antes de morir lloró lágrimas de fuego que horadaron la montaña formando
algunas de las conocidas cuevas del lugar.
Las Apariencias engañan.
Corazones de oro pueden esconderse bajo apariencias anodinas.
De todos modos, si venís de excursión por estas playas de Huan Hin, Phranburi,
Kuiburi, tampoco os dejéis engañar, si
veis mujeres gigantes que surgen del
agua no se trata de sirenas que corren tras de vosotros. Es un cariñoso recuerdo y homenaje de cemento
y piedra a esta encantadora leyenda.
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