En
el marco del hinduismo, el gurú es el “maestro espiritual”, personaje
fundamental que instruye al discípulo y le muestra el sendero del yoga, le
enseña las técnicas de meditación y le aconseja. En el calendario védico existe
un día “gurú purnima”, o día del
gurú. En ese día el discípulo no sólo venera
a su maestro sino a todos los demás. El
hinduismo enfatiza la entrega del discípulo a su gurú. Un refrán relacionado
dice que “la puerta de la iluminación” (samadhi)
es muy baja y nadie puede entrar sin agachar la cabeza.
Surgido
del mismo entorno cultural, no es de extrañar que el budismo resaltara de igual
forma la figura del maestro. De hecho, fueron los monjes quienes introdujeron
la cultura y el lenguaje escrito en muchos de los países del sudeste asiático
incluida Tailandia. Además, el principal
acceso a la lectura y escritura de muchos jóvenes del campo era a través de sus esporádicas estancias
como monjes en los templos budistas durante la época de lluvias.
No
es pues de extrañar que Tailandia haya no sólo mantenido sino promovido ese
respeto y veneración hacia el maestro y haya instituido el último jueves del
mes de Junio como “Wan wai Khru” o "día de la veneración al maestro” La ceremonia principal se desarrolla en una
asamblea en la que después de cánticos y discursos alusivos a la importancia
del maestro y a los valores que la
escuela intenta inculcar a los alumnos, éstos desfilan ante una representación del
claustro escolar y postrándose ante
ellos, después de una profunda reverencia en la que la cabeza casi toca el suelo, les ofrecen en una bandeja un laborioso y bellísimo arreglo floral
que cada clase ha competido en preparar en los días anteriores. Acabada la
ceremonia principal, los alumnos que lo desean se dirigen libremente a sus profesores
preferidos para mostrarles personalmente su respeto y agradecimiento.
Los dos
centros de La Salle Sangklaburi, se reunieron en la Escuela de Bambú para una
ceremonia sencilla pero muy emotiva. Los niños cumplieron con el ritual, comieron,
y luego divididos por equipos de colores participaron en actividades y
concursos en los que se integraron e
interactuaron un grupo de jóvenes voluntarios australianos que nos visitan y
ayudan estos días en la construcción de la nueva casa de acogida para huérfanos.
Disfruté
de la jornada, me sentí de nuevo profesor, y lamenté que en nuestros sofisticados
países hayamos dejado perder la buena costumbre de respeto y admiración por
quienes de manera silenciosa nos llevaron de la mano en esa etapa fundamental
de nuestra vida.
2 comentarios:
Vaya envidia que me da ver este sentido del respeto y reconocimiento a quien te enseña...y de quien se aprende en los mejores años de la vida. En nuestra sociedad, tan "moderna"...hemos olvidado, entre muchos valores...., el de reconocer a nuestros maestros, el valor y la importancia de la enseñanza en el desarrollo personal de cada ser humano. Otra vez, gracias, por ese otro detalle tan hermoso que nos has transmitido en estos escritos. Me encanta. Carmen
Merecido homenaje!!
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