7 de octubre de 2008

Durero: Autorretrato a los 26 años

1498, Autorretrato a los 26 años
Oleo sobre tabla
Museo del Prado (Madrid)

Este autorretrato de Durero, hoy en el Museo del Prado muestra al pintor a los veintisiete años, vestido a la moda de los cortesanos venecianos. Parece seguro de sí mismo, orgulloso, casi principesco. Tal vez se quiera hacer un leve hincapié en el hecho de que está disfrazado, lo que nos viene sugerido por ejemplo, por su mano enguantada.


La expresión de sus ojos no concuerda con la gracia con la que lleva el tocado. Se diría que Durero está confesando a medias que se ha disfrazado para desempeñar un papel, el nuevo papel al que aspira.


Pintó este retrato cuatro años después de su primera visita a Italia. Sus ropas venecianas y el paisaje de los Alpes que se ve por la ventana indican seguramente que la pintura hace referencia a sus experiencias juveniles en Venecia. Interpretado en unos términos absurdamente toscos, parece que la pintura estuviera diciendo: “En Venecia tomé la medida de mi propia valía, y espero que se me reconozca aquí en Alemania”.

4 comentarios:

Elena dijo...

Durero es uno de los grandes en el campo del retrato y del grabado. Siempre me ha fascinado su portentoso talento para el dibujo. Este autorretrato es uno de mis favoritos de El Prado.

Malena dijo...

No puedo decir que sea uno de mis favoritos, pero eso no tiene nin´guna importancia porque no soy una entendida en la materia.

De todas formas formas, siempre amplias mis conocimientos.

He recibido hoy algo referente con el arte de la fotografía. Muchísimas gracias. No hay nada que sea desechable.

Gracias por todo, sé que siempre estás ahí.

Un beso.

Anna dijo...

Te he descubierto por casualidad y me encanta tu página. Durero me gusta, pero aún me gusta muchísimo más este autorretrato. Siempre he dicho que quiero un "novio" como él... Es impensable ir al Prado y no hacerle una visita.

Un beso desde el Mediterráneo,

Anna B.

Anónimo dijo...

Me parece que sus ropajes no concuerdan para nada con su cara y su alma como espejo de esta.
Pero como en todo, al final el dinero es lo que manda y ahi esta el con su pose para la eternidad.