El tiempo mejor aprovechado es el tiempo que sin hacer nada nos dedicamos a pensar. Cuánto me cuesta robar tiempo a la acción y pararme a poner orden en las ideas, evaluar la tarea, priorizar las necesidades, planificar la jornada. Desde que me levanto, me lanzo desaforadamente a hacer cosas y sin embargo, al final de día, tengo la impresión de que quedan más cosas por hacer que cuando empecé la jornada. Lo que probablemente he olvidado es que he perdido el tiempo haciendo cosas innecesarias o que podrían resolverse por sí mismas si atacara la raíz del problema. Como dice Peter Durcker, el gran experto en dirección de Empresas: “No hay nada tan inútil como hacer de un modo eficiente aquello que no es necesario hacer”.
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3 comentarios:
Estoy totalmente de acuerdo contigo pero cuando "no hago absolutamente nada", me relajo tanto que, o bien me duermo o me siento tan culpable que me pongo a hacerlas. Mientras hago cosas que no necesitan concentración, me relaja mucho pensar. Simplemente, no sé estar quieta. Después, me siento afortunada por poder hacer lo que hago porque no creo que sean inútiles mis esfuerzos.
Muy buena reflexión Fede.
Saludos
Fede, me quedo con tu primera frase. Es necesario pensar en nuestras cosas y canalizarlas para poder funcionar normalmente y con serenidad, sabiendo que lo que hacemos es el resultado de una buena meditación.
Un beso.
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