Por fin he podido visitar en Bangkok el Templo Traimit Witthayaram que alberga la
mayor estatua de Buda construida en oro macizo.
Fundida hace más de setecientos años, esta imagen de Buda
sentado en posición de rechazar a Mara está diseñada estilo Sukhotai y como todas la imágenes de esa época presenta a un Buda de rostro sereno, lóbulos
de las orejas grandes, sonrisa a penas
sugerida y un aspecto general de profunda serenidad.
Pero lo que de verdad es extraordianrio es el material con el que
está construida: 5, 5 toneladas de oro
macizo para una estatua que mide 5,20
metros de altura sobre una base de 3,77 metros.
Se estima que su valor crematístico supera los 30 millones de libras
Esterlinas pero su valor cultural y
religioso para Tailandia y para
el Budismo es incalculable.
Originalmente, para evitar
la codicia del enemigo, particularmente en aquella época de frecuentes
guerras entre Tailandeses y Birmanos y estatura fue recubierta de estuco y se
la colocó durante el tercer reino
Chakkri como estatua principal en el
edificio principal del templo Choti-naran
o Templo Phrayakrai en el
distrito Yannarawa de Bangkok.
Incomprensiblemente, con el paso del tiempo se perdió la
información sobre la verdadera naturaleza de la estatua y el templo que la
albergaba, desafectado de su uso religioso fue cedido a East Asiatic Company en
1931 para ampliar sus actividades
madereras a orilla del río. Antes de
iniciar la actividad febril la Comisión
Religiosa procedió al traslado de
la estatua al templo Traimit
Witthayaram donde se encuentra
actualmente. Pero no fue hasta 1955 en su segundo y definitivo emplazamiento
en el templo, cuando al izarla con una grúa las cuerdas que la sujetaban cedieron, cayó
al suelo, saltó el estuco, y asombrados pudieron constatar que la anodina estatua de yeso era en realidad una estatua de oro macizo. Restos del estuco que recubría la estatua y
numerosas fotografías son pueden verse en el museo contiguo al templo.
Me pregunto desde hace tiempo que tiene un templo budista que
lo hace tan diferente de pongamos por caso una iglesia católica. No tengo una respuesta concreta pero desde
luego una marca distintiva del templo budista es que es un lugar habitado. Mientras que la iglesia permanece cerrada la mayor parte del día, el
templo es un lugar de continuo trasiego de gente que vienen a rezar, a hacer
ofrendas, a vender, a comer, a sentarse, y ello sin que haya una intervención
directa y ejemplarizante de los
monjes que atienden a su meditación y
sus rezos casi siempre salvo
de espaldas a los fieles devotos.
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