28 de junio de 2014

Día de respeto a los profesores: "Wan Wai Khru"

         

El año pasado fue toda una sorpresa. Por primera vez presenciaba una ceremonia en la que los niños, postrados ante sus profesores, les ofrecían flores y con una profundísima reverencia les agradecían su labor de docentes.

            La ceremonia , de una pasmosa sencillez, reflejaba no obstante el respeto  que en este país se sigue teniendo a los profesores, un revelador contraste con la manera  en que  en nuestro país  el profesor ha ido perdiendo su autoridad y a veces ha sido relegado  a un papel secundario de facilitador de material y contenidos didácticos, cuando no se le ha   responsabilizado  de las  carencias  educativas  pertenecientes al ámbito  familiar:  limpieza, respeto,  urbanidad, atención,  amor  al trabajo, etc.

Este año la ceremonia se ha repetido y por partida doble, ya que para que los alumnos tuvieran un mayor contacto con sus tutores, se decidió que ambos colegios en los que trabajo, celebraran  el día de Respeto al maestro por separado.

Fui recibiendo pequeños manojos de flores, incienso y velas, más o menos elaborados de manos de algunos chiquillos y me sentí profundamente emocionado.  En el fondo, para los más pequeños yo no soy más que el profesor  farang  (extranjero)  que les saluda en inglés y al que a fuerza de repetición se han acostumbrado a contestar de forma mecánica  también en inglés, aunque todavía  se equivoquen al usar  el “good morning”  o el “good afernoon”.

Los alumnos mayores, aunque  siguen en cuarto de primaria  ya tienen 13 y 14 años,  y llegan a mi  escondiendo a penas su timidez. Creo que se esperan que les sorprenda con alguna pregunta en inglés que no sepan contestar, pero hoy no se trata de eso. Lo que me llama la atención es que las muchachas y muchachos que mayor dificultades tienen y que mayor  retraso arrastran, son las primeras que se acercan a mí  para ofrecerme su respetuoso saludo.   Primera promoción del colegio,  pese a los cuatro años que llevan aquí, arrastran fuertes carencias  en  el área de  lectura, que hace que lo poco   que aprenden  es exclusivamente fruto de su capacidad de memorización.

Las jóvenes profesoras a las que el pasado año también di clase de inglés,  vienen en grupo a saludarme. Me abrazan con el cariño que se abraza a un abuelo. Nos fotografiamos juntos, (No deja de sorprenderme lo mucho que la gente se fotografía en Tailandia). Me desean salud y fuerzas para seguir trabajando aquí muchos años. Para no decepcionarlas, sonrío pero sé que ya no volveré a sentir la cordialidad de esta ceremonia. 









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