Los manifestantes han cambiado su
camiseta amarilla y se ha arrogado para ellos solos la Bandera Nacional roja, azul y blanca. Están empeñados a llevar
a cabo un golpe de estado esta vez de corte popular (los 17 anteriores desde
1932 fueron golpes de Estado provocados por los Militares) . Entre tanto, los
vendedores ambulantes de Pratunan siguen ofreciendo sus gangas a los turistas
que se sienten nerviosos ante los alborotos callejeros, la respuesta de la policía con gases lacrimógenos
los cortes de calles, y las manifestaciones más o menos autorizadas y más o menos violentas.
Entiendo que es un buen momento
para tratar de esbozar la situación política de Tailandia sin por
ello tomar posiciones en ningún sentido.
La primera característica del sistema político de Tailandia es su inestabilidad. 17 constituciones en 80 años, y una veintena
de golpes de estado dan buena prueba de
esta afirmación. En segundo lugar, es
imposible entender lo que ocurre en Tailandia sin tomar en consideración el
papel especial que desempeña el Ejército. Los Golpes de Estados y las diferentes
constituciones “Democráticas” redactadas por ellos mismos ha hecho que su poder
y su independencia frente al Gobierno no
haya dejado de aumentar. Podría casi
decirse que los Militares constituyen casi un Estado dentro del Estado y se rigen al margen de cualquier decisión parlamentaria.
La situación actual de Tailandia
no se entendería sin remontarnos a 2001
cuando un hábil y capacitado Thaksin Shinawatra líder del Partido “Thai Rak Thai”(Tailandia ama Tailandia) más
popularmente conocidos como “Camisas Rojas” sube al poder. Pese a la
oposición del Partido Demócrata o más popularmente “Camisas amarillas” Taksin emprende una serie de reformas de corte populista que renuevan la confianza
de los inversores extranjeros y dan una cierta estabilidad económica al país.
Gracias en parte a esa bonanza vuelve a ganar las elecciones pero so
pretexto de “deterioro político” en 2006 los militares dan un golpe de estado,
deponen al primer Ministro Thaksin por irregularidades financieras, abuso del poder y
utilización de las leyes para favorecer sus propios intereses. Limitan las libertades democráticas, crean un
“Consejo para la Reforma Democrática” que se encargará de redactar una nueva Constitución de la que
sale fortalecido sobre todo el poder de los Tribunales.
Thaksin abandona el país antes de que la condena a dos años de
cárcel se haya ejecutado pero en las elecciones de 2007 su partido dirigido por Samak Sundararavej vuelve a
ganar y aunque éste es inhabilitado por
haber dirigido un programa televisivo, Somchai Wongsawat, cuñado de Thaksin se convierte en Primer Ministro.
Cuatro años más tarde en 2011 el partido
“Thai Rak Thai” vuelve a ganar
las elecciones apoyado sobre todo por
los campesinos del Norte y Noreste del país
y el 5 de Agosto de 2011 la propia hermana de Thaksin, Yingluck
Shinawatra es nombrada primera ministra.
El actual Gobierno pretendía
pasar una Ley de amnistía general para
todos condenados en 2006 por delitos políticos y financieros incluido el propio
Thaksin. Es en ese momento cuando la oposición,
dirigida en la calle por Suthep Thangsuban, secretario general de los
Demócratas, se lanzó masivamente a la calle para protestar contra la
medida. Desde entonces La Corte
suprema ha declarado inconstitucional la
pretendida Ley de Amnistía pero los
ánimos siguen exacerbados y ahora los camisas amarillas se han revestido de
banderas tailandesas y bajo la
denominada “Alianza Popular para la Democracia reclaman la disolución del
Parlamento , la disolución del partido “Thai Rak Thai” y sobre todo la
inhabilitación de cualquier miembro de la familia de Thaksin para ejercer un
cargo público.
La manifestación está apoyada
principalmente por estudiantes, funcionarios e intelectuales de Bangkok. La policía, que tradicionalmente
simpatiza con el partido en el poder, ha
utilizado en las últimas algarabías medios disuasorios y contundentes para disolver las manifestaciones, y los Militares rápidamente ha dado aviso de que no tolerarán la acción violenta
de la policía. ¿Hasta cuando durarán las
protestas? El Rey, que con ocasión de su
Cumpleaños debía dirigirse a la nación a penas a mencionado la tensión que vive
el país.
Entretanto los vendedores de Pratunam
suspiran por que haya tranquilidad en
las calles, y nosotros exiliados en este rincón noroeste del país, a penas nos
enteramos de lo que ocurre en la capital
si no es por lo que nos cuentan los que por obligación tienen que desplazarse
a la capital.
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