DELICIOSO SUICIDIO EN GRUPO
Novela
Arto Paasilinna
Anagrama 2007
Panorama de Narrativas
Título original: Hurmaava joukkoitsctnurha 1990
270 páginas
Aunque había hojeado esta novela en varias ocasiones, el Club de Lectura al que pertenezco me ha forazo por fin a leer esta novela de Paasilinna, simpática y profunda, irónica y sería, sombría y esperanzadora todo a la vez No se trata de gran literatura, pero es que con palabras de Manuel Vicent “La verdad es más profunda cuanto más sencillas las palabras”.
Que las eternas noches invernales de Finlandia, la soledad, el alcoholismo, han hecho que Finlandia tenga una de las mayores tasas de suicidio de Europa es un hecho. Que Paaselinna utilice el humor agrio la ironía, y la sinceridad aplastante para tratar el problema y lo haga de modo que sonriamos al terminar la novela y nos queden muchos puntos de reflexión recurrentes y como flotando en nuestra mente mucho después de terminar la novela es un auténtico logro.
El suicidio es un acto solitario. El fortuito encuentro de dos suicidas en el mismo lugar, al mismo tiempo, frustra su intento. Sin embargo, a partir de ese momento, los dos candidatos al suicidio celebran una asamblea y organizan una especie de excursión con 33 candidatos que buscan poner fin a sus miserias.
A lo largo del periplo que les hará recorrer Escandinavia, Francia, Suiza, Italia, España y recalar finalmente en el Algarve, Paasilinna aprovecha para trazar una crudísima caricatura de la sociedad finlandesa que podría ser igualmente la de cualquier otro país occidental en la que ni el ejército, ni el gobierno, ni la sanidad, ni la administración, la publicidad, los patronos, los trabajadores, la publicidad, o las inmobiliarias quedan indemnes.
Sin embargo, el unirse con un fin común, el compañerismo, compartir los problemas, y sobre todo el alejarse de los problemas y relativizarlos desde la objetividad que da la distancia darán un giro inesperado a su aventura.
Quizá no estamos ante una gran novela, quizá el suicidio esté tratado de una manera excesivamente “Light”. Paasilinna es así. se compadece de nuestros pecados y se ríe de nuestras virtudes. Pero desde luego ha dejado para quien lo quiera explotar un extraordinario guión de película.
Los hombres estaban de acuerdo en que, al menos por ese día, le habían perdido el gusto al suicidio. Sus ansias de morir se habían serenado. Quitarse la vida es algo tan personal, que exige una tranquilidad absoluta.
. El hombre se siente impelido a vivir cuando se entera de que también a los demás les van mal las cosas, de que no es el único pobre diablo que existe en el mundo.
“Para ser un hogar, un piso necesita la presencia de una mujer. Si ésta se marcha o muere, el lugar se convierte en un simple alojamiento, un lugar de paso, un agujero.
Por el contrario, el resto del grupo había empezado a dudar sobre la utilidad de un suicidio colectivo. Más de uno se había dado cuenta de que el mundo era un lugar bastante agradable y que los problemas que en la madre patria les habían parecido insuperables, les parecían ahora realmente nimios vistos desde aquel rincón, el más alejado de Europa. El largo peregrinar con sus compañeros de infortunio les había devuelto las ganas de vivir. La fraternidad había reforzado su autoestima y el hecho de distanciarse de sus pequeños y cerrados mundos les había proporcionado nuevos horizontes. La vida empezaba a mostrar un nuevo rostro: el futuro se anunciaba más luminoso de lo que hubiesen podido imaginar al comienzo de aquel verano.
Los aspirantes a suicida llegaron a la conclusión de que, aunque la muerte era lo más importante en la vida, finalmente no era tan importante.
Novela
Arto Paasilinna
Anagrama 2007
Panorama de Narrativas
Título original: Hurmaava joukkoitsctnurha 1990
270 páginas
Aunque había hojeado esta novela en varias ocasiones, el Club de Lectura al que pertenezco me ha forazo por fin a leer esta novela de Paasilinna, simpática y profunda, irónica y sería, sombría y esperanzadora todo a la vez No se trata de gran literatura, pero es que con palabras de Manuel Vicent “La verdad es más profunda cuanto más sencillas las palabras”.
Que las eternas noches invernales de Finlandia, la soledad, el alcoholismo, han hecho que Finlandia tenga una de las mayores tasas de suicidio de Europa es un hecho. Que Paaselinna utilice el humor agrio la ironía, y la sinceridad aplastante para tratar el problema y lo haga de modo que sonriamos al terminar la novela y nos queden muchos puntos de reflexión recurrentes y como flotando en nuestra mente mucho después de terminar la novela es un auténtico logro.
El suicidio es un acto solitario. El fortuito encuentro de dos suicidas en el mismo lugar, al mismo tiempo, frustra su intento. Sin embargo, a partir de ese momento, los dos candidatos al suicidio celebran una asamblea y organizan una especie de excursión con 33 candidatos que buscan poner fin a sus miserias.
A lo largo del periplo que les hará recorrer Escandinavia, Francia, Suiza, Italia, España y recalar finalmente en el Algarve, Paasilinna aprovecha para trazar una crudísima caricatura de la sociedad finlandesa que podría ser igualmente la de cualquier otro país occidental en la que ni el ejército, ni el gobierno, ni la sanidad, ni la administración, la publicidad, los patronos, los trabajadores, la publicidad, o las inmobiliarias quedan indemnes.
Sin embargo, el unirse con un fin común, el compañerismo, compartir los problemas, y sobre todo el alejarse de los problemas y relativizarlos desde la objetividad que da la distancia darán un giro inesperado a su aventura.
Quizá no estamos ante una gran novela, quizá el suicidio esté tratado de una manera excesivamente “Light”. Paasilinna es así. se compadece de nuestros pecados y se ríe de nuestras virtudes. Pero desde luego ha dejado para quien lo quiera explotar un extraordinario guión de película.
Los hombres estaban de acuerdo en que, al menos por ese día, le habían perdido el gusto al suicidio. Sus ansias de morir se habían serenado. Quitarse la vida es algo tan personal, que exige una tranquilidad absoluta.
. El hombre se siente impelido a vivir cuando se entera de que también a los demás les van mal las cosas, de que no es el único pobre diablo que existe en el mundo.
“Para ser un hogar, un piso necesita la presencia de una mujer. Si ésta se marcha o muere, el lugar se convierte en un simple alojamiento, un lugar de paso, un agujero.
Por el contrario, el resto del grupo había empezado a dudar sobre la utilidad de un suicidio colectivo. Más de uno se había dado cuenta de que el mundo era un lugar bastante agradable y que los problemas que en la madre patria les habían parecido insuperables, les parecían ahora realmente nimios vistos desde aquel rincón, el más alejado de Europa. El largo peregrinar con sus compañeros de infortunio les había devuelto las ganas de vivir. La fraternidad había reforzado su autoestima y el hecho de distanciarse de sus pequeños y cerrados mundos les había proporcionado nuevos horizontes. La vida empezaba a mostrar un nuevo rostro: el futuro se anunciaba más luminoso de lo que hubiesen podido imaginar al comienzo de aquel verano.
Los aspirantes a suicida llegaron a la conclusión de que, aunque la muerte era lo más importante en la vida, finalmente no era tan importante.