Pero amar no es instalarse para siempre en la cima de las propias certezas. Es dudar siempre, temblar siempre. Y también permanecer vigilantes para evitar que el veneno mortal de la costumbre se insinúe y nos mate o, peor aún, nos anestesie. No creer que no queda nada por hacer sino, al contrario, seducir, seducir de nuevo.
Amar no es ganar en cada intento. Es correr riesgos, hacer apuestas inciertas, conocer el terror de perder la apuesta para saborear mejor la emoción de doblarla.
Amar no es adentrarse por caminos trazados y balizados. Es avanzar como un funámbulo por encima de precipicios y saber que hay alguien al final que dice con voz suave y tranquila: avanza, continúa avanzando, no tengas miedo, vas a llegar, estoy aquí.
Amar no es ganar en cada intento. Es correr riesgos, hacer apuestas inciertas, conocer el terror de perder la apuesta para saborear mejor la emoción de doblarla.
Amar no es adentrarse por caminos trazados y balizados. Es avanzar como un funámbulo por encima de precipicios y saber que hay alguien al final que dice con voz suave y tranquila: avanza, continúa avanzando, no tengas miedo, vas a llegar, estoy aquí.
Philippe Besson
Decierte Adiós (Alianza Literatura, 2008)
2 comentarios:
Adoro ese cuadro de Klimt...
Me agrada tu blog, no lo perderé de vista.
Saludos!
Que increible tu escrito Aplausos
Publicar un comentario