23 de junio de 2008

El Hijo de Noé


EL HIJO DE NOÉ
Novela
Eric-Emmanuel Schmitt
Anagrama 2005
panoama de narrativas
Título original: L’Enfant de Noé 2004
Traducido del francés por Javier Calzada


He quedado conmovido por este sencillo y a la vez profundo relato que se revela probablemente sin pretenderlo en el mejor alegato de ecumenismo.
Joseph es un niño judío de 7 años que vive amenazado en Bélgica ocupada por los nazis. Sus padres, temerosos de su suerte le confían primero a los Condes de Sully, pero como incluso en una familia noble corre peligro, éstos lo confían a un sacerdote para que lo lleve a la “Villa amarilla”, un pensionado católico para huérfanos. Allí, se ocupará de él padre Pons, un sacerdote muy poco convencional y enemigo de todo proselitismo.
Viendo que los católicos no son perseguidos, el niño le pide al padre Pons que le haga católico, pero el sacerdote le quita tal idea de la cabeza. Joseph es judío y ole corresponde mantener vivas las tradiciones de su pueblo y de su religión. Es más, el sacerdote, estudia la Cábala y la Torah para poder instruir al niño en la religión de sus mayores.

Se establece entre en sacerdote y el niño una relación casi paternal y los diálogos de ambos, llenos de ternura, son auténticos brochazos de respeto de las religiones, sean cuales sean, de las tradiciones, de las creencias, de las maneras de ser. Nada se puede imponer ni por la fuerza y aprovechándose de las circunstancias. Es más el Padre Pons, un hombre justo, lo hará partícipe de su secreto: debajo de la iglesia, ha montado una sinagoga. Y por las noches estudia los textos de los rabinos, y también guarda objetos del culto que consigue salvar. Este cristiano singular se empeña en resguardar la cultura judía, para transmitirla a esos niños que oculta de los nazis. Como Noé, ha decidido salvar a la humanidad a pesar de sí misma. Para que los supervivientes del diluvio no pierdan la memoria, la identidad, el provenir...

En una época en que enfrentamos opiniones, creencias, ideologías y hasta país de nacimiento, es reconfortante leer un libro místico en el mejor sentido de la palabra, pleno de interrogantes, donde todo es cómico y terrible, la inocencia es un don del cielo, y también la experiencia y donde brilla el talento de narrador filosófico de Schmitt.

4 comentarios:

Cálida Brisa dijo...

Este libro me gustaria...
Si señor...
Pero estoy en dique seco sobre la lectura..¡¡que dolor para mi alma!!
Envidio tu constacia.
Un abrazo Fede

Elena dijo...

Un libro más que necesario en los tiempos que corren, sin duda. No sé por qué, pero me ha recordado al de San Manuel Bueno Mártir, de Unamuno, una joyita deliciosa que llevo tiempo queriendo releer.

Fede dijo...

Cálida Brisa,
Un día oyendo al ex-Presidente Calvo Sotelo le oí una frase que me llamó la atención.
la única manera de romper la pereza de leer es abriendo las páginas de un libro. Tras un período en dique seco, lo mejor es empezar sin dilación. El segundo es más fácil que el primero

Fede dijo...

Querida Elena,
En comentarios de libros eres mi tutora especial. me gustaría acertar con mi recomendación. A mí sinceamente me ha encantado y en los tiempos que corren un poco de grandeza de alma siempre es estimulante.