2 de enero de 2012

Laura Freixas : Los otros son más felices

LOS OTROS SON MÁS FELICES

Novela
Laura Freixas
Ediciones Destino 2011
Áncora y Delfín 1220
255 páginas


La hierba en el jardín del vecino siempre nos parece más verde que la del nuestro propio y es que solemos ver la felicidad ajena como un compendio bienes, de situaciones o de relaciones de las que nosotros carecemos.

Este parece ser el hilo conductor de “Los otros son más felices” novela con la que Laura Freixas se adentra de forma magistral en la toma de conciencia de la propia individualidad, en los cambios que se producen los años sesenta y setenta en la familia tradicional española, en las relaciones entre diferentes clases sociales, y en la siempre complicada relación de madres e hijas.


La novela está narrada en primera persona, y hay que subrayar la palabra “narrada” porque efectivamente nada más convincente que los titubeos, las vueltas atrás, las respuestas aplazadas con las que la narradora va desgranando sus recuerdos como si contestara a una interlocutora cuyas preguntas el lector no llega a escuchar.


La narradora, Áurea evoca la época aquel verano de sus 15 años en que sale de casa por primera vez para pasar unas vacaciones en la Tramontana en casa de unos parientes “ricos”. La adolescente queda deslumbrada por esa otra forma de vida, alegre, desenfadada, despreocupada y feliz. Admira y envidia sobre todo, el arte, el buen gusto, el refinamiento las maneras de sus parientes y sobre todo de su lejana prima. Sin embargo las cosas no siempre son lo que parecen y aunque la experiencia servirá a la joven para salir del cascarón y empezar a pensar la vida por su cuenta y enjuiciar las verdades y mentiras de su madre, y las falsas relaciones de sus padres bajo un nuevo prisma.


Pero el arte de Laura Freixas, precisamente reside en que esas cosas se van desvelando progresivamente como si la narradora estuviera esperando a que pudiéramos abarcar con una mejor perspectiva todos los elementos de la historia.


En efecto, aunque el núcleo de la historia transcurre durante la transición española, la narradora antes de esta conversación transcrita ha tenido la oportunidad de encontrarse varias veces con algunos de los protagonistas de aquella época redondeando así la información sometida al prisma del tiempo, de los acontecimientos y de los propios protagonistas.


En resumen, una novela escrita con un lenguaje sencillo pero muy potente, que parece proponer la necesaria e irremediable separación del entorno familiar que nos capacita para entendernos a nosotros mismos y entender la vida no como nos la cuentan sino como nosotros mismos la vivimos.

…Sí, es verdad que era un poco lo mismo, que a mi padre le pasaba como a mí, nunca terminábamos de corresponder a lo que ella esperaba de nosotros. Es que yo creo que mi madre, más que querernos, nos necesitaba. Ella decía que sólo pensaba en servirnos, que vivía para nosotros, pero en realidad, ahora que lo pienso…Nos servía en cosas que quizá nosotros, mi padre y yo, no queríamos, yo no tenía especial interés en ir limpísima y planchadísima, yo no quería que se pasara horas dándole a la máquina de coser para hacerme vestiditos con punto de abeja en la pechera, yo.,., yo no sé muy bien qué quería, pero no era eso. Es como si ella hubiera establecido los términos de un pacto: ella nos servía guisando y limpiando, y a cambio, nosotros teníamos que hacer, que ser, lo que ella quería que fuéramos. Y a nosotros nos dejaba más alternativa que obedecer, plegarnos a ese pacto que no habíamos elegido, o ser, él un marido traidor, yo una mala hija: unos ingratos.

2 comentarios:

José Núñez de Cela dijo...

Tomo nota Fede, no será el primer libro que acaba en mis manos tras leer tus opiniones.

Saludos

Durrell dijo...

Pues con tu comentario y el párrafo que has colocado, me parece un tema muy interesante en el que de alguna manera podemos vernos reflejados en algunos de los personajes. Me apunto título y autora para leerlo a la primera oportunidad.

Un abrazo