27 de octubre de 2010

Norte / Sur


Hace unos días leía la sobrecogedora y desesperanza novela “La Carretera” de Cormac McCarthy, y aunque en otra ocasión comentaré el desasosiego que esa lectura me sigue produciendo, me viene hoy a la mente la frecuente identificación que se hace tanto en novela como en cine del Sur como tierra de promisión donde se encuentran tesoros tan importantes como la felicidad y el amor, y sin embargo, se equipara el frío e inhóspito Norte con el lugar donde se encuentra la libertad, la riqueza y el progreso.

Las enormes diferencias climáticas, laborales, medioambientales que encontramos en España y que repercuten sobre la calidad de vida, el buen humor y la alegría de vivir curiosamente las encontramos en el resto de los países europeos y no sólo en el entorno mediterráneo: En Francia contraponemos los húmedos y cenicientos paisajes del Norte con los floridos, soleados y risueños rincones de la Provenza o de la Costa Azul; en Italia nada parece tan opuesto como la febril agitación de Turín o Milán y la sosegada, y alegre indolencia siciliana. Pero es que incluso en Alemania encontramos un marcado contraste entre el impasible prusiano de Hamburgo y el jovial Muniqués con su acordeón, su gorro tirolés y la inseparable jarra de cerveza en la mano.

Encontramos el fenómeno repetido en otros continentes e incluso a nivel mundial donde no acaba de cuajar ese diálogo Norte/sur que por ahora no parece haber servido más que para emborronar papel. Es evidente que estas diferencias en la actitud vital y en los anhelos y necesidades tiene que ver con el clima que a su vez condicional la agricultura, el bienestar y finalmente el desarrollo industrial económico y social de una región. Probablemente, en la pobreza somos todos más capaces de distinguir y disfrutar cualquier plus por encima de la mera supervivencia mientras que en la prosperidad el ansia por ir más allá, llegar más lejos, tener más embota nuestra capacidad para disfrutar de los placeres de la vida que ya tenemos a nuestro alcance.

No es de extrañar pues que el fenómeno Norte / Sur lo encontremos de manera repetida en la literatura y en el cine. En el libro de McCarthy que antes comentaba, los personajes huyen de un paisaje frío y arrasado hacia un sur menos inhóspito a pesar de que nada saben de lo que finalmente encontrarán allí. Victor de Érice, en su película “El Sur”, plantea ese anhelo escondido de su protagonista que se inhibe de su gris existencia en el Norte pensando en un amor no olvidado en el Sur.

En otro sentido bien distinto se expresa Danny Boon en “Bienvenidos al Norte” donde el cartero castigado con un destino en el norte encuentra tanta alegría que no se atreve a confesárselo a su esposa. Y es que, quizá la felicidad no esté tanto en la geografía como en el corazón de los hombres. Ello no impide que los Españoles, muy pragmáticos, al menos en verano, optemos por solución intermedia y enfilemos rumbo al Este o al Sureste.

1 comentario:

José Núñez de Cela dijo...

Se me había pasado esta entrada y al ver la foto.....

La verdad es que el sur tiene la "fana" de que se vive mejor que en el norte, el problema es de relatividad, siempre hay un sur al sur del sur y un norte al norte del norte. Al margen del clima (elemento/argumento nada baladí) no creo que exista ninguna condición objetiva que haga mejor el hábitat al sur. Somos nosotros los que construimos nuestras sociedades y adoptamos nuestras formas de vida.
En cualquier caso, recuerdos desde este Sur