22 de septiembre de 2008

La blusa violeta


Pero luego ya ves, yo no quería quererte demasiado:
el amor es una lectura en las páginas de un libro.
Intacta pervive una derrota existencial – tan dolorosa –
lento el otoño se desvanece en la penumbra;
entre anuncios y carteles luminosos.
Las luces destellan cegadoras en los cines;
cada vez el recuerdo más cerca de todas las presencias.

Tal vez fueron los ojos, la mirada indebida.
A lo mejor la alquimia, o de nuevo la dulzura;
una antigua herida que siempre a destiempo sangra.

El silencio camina de puntillas por los labios,
como trepan los jazmines por las enredaderas.
El corazón de un pájaro late en el temblor de un trino.

Me ofreces las cenizas de los fuegos posibles;
donde sólo el fulgor de una hojarasca se presagia;
se escuchan las pisadas de una extraña presencia,
en el vestidor oscuro de un club de carretera.
He venido a tocar al piano una canción tristísimo.
Dice: “Ámame en junio lo mismo que en septiembre”.

Queda el rastro de una rosa en el ojal de la camisa;
sobre botones los blancos de una blusa violeta.



La blusa violeta 2008

Soledad Zurera

2 comentarios:

Willow dijo...

Amigo,
Me gusta el poema que has elegido aunque el amor no se encuentre entre las páginas de un libro. Para mí, el amor se encuentra en el centro del corazón cuando late temblorosamente al sentir a la persona amada. Un abrazo

Cálida Brisa dijo...

El amor se encuentra Willow tan rapido como se va, ademas a veces sin buscarlo, es el que de verdad suele durar.

Besitos