13 de octubre de 2009

Aprendiz de peregrino

He nacido en un pueblecito con apelativo “del Camino”, y desde mi ventana, veo pasar a diario cientos de peregrinos que dirigen sus cansados pasos hacia el albergue en el centro de Burgos. No es de extrañar por tanto que la llamada del camino haya estado siempre muy presente aunque para considerarlo fuera de mi alcance tanto por las largas etapas como por las pesadas mochilas que cargan los peregrinos.
De pronto, sin saber muy bien por qué, pero desde luego aconsejado por avezados caminantes empecé a creer que yo también podía hacer el camino, que además, necesitaba hacer ese camino y que el año próximo iba a ser mi última oportunidad de hacerlo en un año Jacobeo. Así pues, empecé a recopilar información, a escuchar consejos, y a entrenarme con caminatas más o menos largas, con y sin mochila, con una meta inmediata: probarme a mi mismo que aún era capaz de caminar en solitario y sumarme a los miles de personas de todas las edades que año tras año recorren el Camino de Santiago.

¡Lo he conseguido! He hecho un tramo del camino. El día 2 de octubre salí de Logroño y siete días más tarde sellaba mi credencial en el albergue de Burgos. No pretendo en esta ocasión hacer un diario de cada etapa, de sus vicisitudes, percances, anécdotas y encuentros. Tiempo habrá para ello, pero apresando en pocas palabras el meollo de esta experiencia resaltaría lo siguiente:

1º El camino no es un paseo que hacemos con alguien. Es algo muy personal, que experimentamos a nuestro propio ritmo, siguiendo la medida de nuestros propios pasos, ni acompañamos ni seguimos a los demás peregrinos. Ellos están ahí, nos preceden y nos siguen, nos cruzamos y nos saludamos: “¡Buen camino!” , nos reencontramos , en los hitos, en las fuentes o en las tabernas donde retomamos fuerzas. Y sabemos que lleguemos cuando lleguemos, estarán esperándonos en el albergue, pero cada uno va a su aire, sumido en sus pensamientos, saboreando su propio esfuerzo.

2º El camino nos vuelve a colocar dentro de nuestros límites humanos. El tiempo que fluye, el paso de las horas, la distancia, el horizonte, los paisajes que aparecen y los monumentos y pueblos que atravesamos se miden o se contemplan mejor caminando. Estamos demasiado acostumbrados a ampliar nuestras posibilidades gracias a la técnica: automóviles, teléfonos, MP3… Es bueno, a veces sentir que ese trayecto que en coche hacemos en media hora, a nuestro paso supone dos jornadas de camino.

3º El camino es un lugar de encuentro. Pocas experiencias son tan propicias a las relaciones personales como los encuentros al final de cada etapa. La vida del peregrino en los albergues se reduce a muy pocas actividades, en lugares a menudo desprovistos de cualquier distracción. El albergue es el lugar de encuentro, de compartir las experiencias y reflexiones de la jornada, pero también la de pasarse recetas, y cómo no, algún que otro ingrediente que necesitamos para preparar nuestra cena solitaria. Se charla, se escribe en nuestro diario, se dan y reciben direcciones de correo… A veces se canta o se toca algún pequeño instrumento musical, La disciplina sin embargo es la tónica general. Las botas se alinean en la entrada, y a las 10 de la noche, sin toque de queda, se apagan todas las luces, porque con las primeras luces del alba silenciosos, unos tras otros vamos encarándonos con una nueva etapa.

6 comentarios:

José Núñez de Cela dijo...

Enhorabuena!!
lamentablemente no puedo compartir tu reciente experiencia, aunque... No pierdo mi esperanza de llegar a compartirla.
Personalmente, he realizado caminatas largas de montaña y la sensación es única, de contacto con el mundo físico, de esfuerzo personal y de satisfacción. ¡ cuanto más con todo lo que rodea al camino!
Por otra parte, ya era hora de saber de ti.
Un abrazo

Malena dijo...

Y yo pensaba...¿dónde estará Federico? y Federico se nos había escapado a hacer el camino sin decir salgo tal día.

Me alegro de que lo hayas hecho. En cierta manera tengo envidia de ese encuentro contigo mismo, de esas horas de reflexión que tanto necesitamos y sobre todo de haber conseguido la meta que te habías propuesto.¡Enhorabuena!

Un beso muy grande.

Fede dijo...

Estimado José
Gracias por el cometario. Ciertamente además de un buen ejercicio físico es una experiencia inolvidable que pienso continuar.

Fede dijo...

Querida Malena,
Yo creí haber puesto la fecha de partida en mi post anterior. Lo cierto es que mi mente ha estado ocupada preparando este ensayo desde mucho antes. Gracias por tu comentario. Aún me falta decir un par de cosas más.

Prometeo dijo...

Enhorabuena y a seguir, yo tambiene stoy preparando algo para el año que viene pero de forma mas modesta y es hacer el camino desde Astorga, unos catorce dias aproximadamente..un abarzo.

Calle Quimera dijo...

¡Enhorabuena! ¿Ves? poquito a poquito se hace el camino. Y como bien decías, es algo muy personal, es uno mismo el que ha de marcar su ritmo. Llegues donde llegues, habrás conseguido alcanzar la meta.

Besos, y mucho ánimo.