7 de noviembre de 2008

Espera


Y tú me dices
que tienes los pechos rendidos de esperarme,
que te duelen los ojos de estar siempre vacíos de mi cuerpo,
que has perdido hasta el tacto de tus manos
del palpar esta ausencia por el aire,
que olvidas el tamaño caliente de mi boca.

Y tú me lo dices que sabes
que me hice sangre en las palabras de repetir tu nombre,
de lastimar mis labios con la sed de tenerte,
de darle a mi memoria, registrándola a ciegas,
una nueva manera de rescatarte en vano
desde la soledad en la que tú me gritas
que sigues esperándome.

Y tú me lo dices que estas tan hecha
a esta deshabitada cerrazón de la carne
que apenas si tu sombra se delata,
que apenas si eres cierta
en esta oscuridad que la distancia pone
entre tu cuerpo y el mío.

José Manuel Caballero-Bonald
Las Adivinaciones (1952)

4 comentarios:

Cálida Brisa dijo...

Un poema de reproches que en cualquier pareja puede ser realidad, y que triste que él, parece que és el peor parado de la historia ¿porque no puede ella sentir lo que cuenta el poema al comenzar? da la sensación que se acaba dudandolo ¡¡que pena!!

Es verdad que cada uno ama a su manera.

¡¡ Triste, muy triste!!

Malena dijo...

Es verdad, que sabes elegir los poemas que llegan al corazón, y descubrir poetas a los que jamás leí.

Un beso.

Malena dijo...

Es verdad, que sabes elegir los poemas que llegan al corazón, y descubrir poetas a los que jamás leí.

Un beso.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.