3 de diciembre de 2011

Uno más entre nosotros

-¡Taxi, taxi!

Jadeando, la maleta en una mano y gabardina en el brazo, salí a la caza desesperada de un taxi. Mi vuelo a Bruselas salía en una hora y me encontraba aún en plena Castellana.

Afortunadamente mi plegaria secreta fue escuchada. Un taxi reluciente frenó a mi lado. El conductor bajó la ventanilla y me preguntó:

- ¿A dónde vamos caballero?

- Al aeropuerto, T4 y luego a Bruselas si logra el milagro de que llegue a tiempo.

- No hago milagros, pero suba y no se apure, el tráfico despejará pasada Plaza Castilla.

Sin apearse, el taxista abrió desde dentro el maletero. Dejé la maleta y subí rápidamente al coche. Con serenidad, el taxi arrancó y aunque nada se podía hacer para apresurar la marcha, por primera vez, me sentí esperanzado. En efecto, pasado el túnel de plaza Castilla el tráfico se volvió más fluido. Entonces el conductor me preguntó:

- ¿Va por muchos días?

- No, sólo hasta el viernes.

- ¡Ah! Menos mal porque en vísperas de Reyes, si tiene hijos, tiene que ser duro salir de viaje, para ellos, pero quizá aún más para usted.

Afortunadamente volvería a tiempo para llevar a Claudia a la Cabalgata de Reyes. El taxi circulaba ahora veloz por la M 40 y casi sin darme cuenta, estábamos frente a la T 4. Eran las 10:45. Faltaban 35 minutos para la hora de salida. El taxista, abrió de nuevo el maletero sin apearse, se volvió sonriente y me deseó mucha suerte. Quise estrecharle la mano al tiempo que pagaba la carrera. Sólo entonces, descubrí que le faltaba el brazo izquierdo, y que el derecho terminaba en una prótesis que hacía las veces de mano. No pude refrenarme, estreché aquella mano metálica y la sentí muy cálida, una más de las que estrecharía ese día.

4 comentarios:

Idella Esteve dijo...

Un final sublime, querido amigo.

Me encantas ¿Te lo había dicho alguna vez?

Un abrazo cálido.

Isabel

Prometeo dijo...

Delicia de relato con un final delicioso y humano...un abrazo.

Durrell dijo...

Fede,

Quiero desearte una feliz Navidad, que pases unas estupendas fiestas y que tengas una buena entrada de año.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Por casualidad he visto este blog y ha sido un gusto leer lo aquí escrito. Cuando regrese a mi ciudad lo seguiré. Gracias.