18 de febrero de 2010

Merodeadores

Pensar que ahí fuera,
detrás de esta ciudad y de su ruido,
no tan lejos del libro que he cerrado,
apenas a unas horas de andadura,
se despereza el río.

No sé por qué esa noche
el viento me lo evoca
cuandu ulula y sacude las persianas
como una bestia sin resuello.

Qué quiere de nosotros, que al oírlo
el pulso se devela
y quiere contestar, sin saber cómo.

Nos ha reconocido su jauría
y ciega, insomne, a coro, nos reclama
como uno más entre los suyos.

Sí, bate las persianas, viento, aúlla,
gira en torno a la casa donde estamos,
haz resallar las ramas de los chopos vivido,
agita lo que queda de río en nuestras venas.

Arturo Tendero (Albacete, 1961)
Adelántate a toda despedida (2004)

2 comentarios:

Malena dijo...

Mi querido Fede: Es un hermoso poema que no conocía ni tampoco a su autor, cosa que dice poco bueno a mi favor.

Al leerla he sentido esas noches en las que desde el calor del hogar he oido ulular a la tramontana.

Gracias por darla a conocer.

Un fuerte abrazo.

Prometeo dijo...

Hermoso poema, natural, enxebre, añorante y al tiempo nos quita del letargo de esta ciudad en que vivo. Buscare algo mas de ese poeta. Un abarzo.