Cinco Mujeres en la calle
Ernst Ludwig Kirchner
1913, Museo Wallraf-Ritchartz (Colonia)
Óleo sobre lienzo 120,5 x 91 cm
“Ahora, en todas las paredes cuelgan Heckels y Kirchners, se quejaba en 1920 un crítico de arte ante la abundancia inflacionaria de arte expresionista, una tendencia que tras la Primera Guerra Mundial se había erigido como marca cultural de la República de Wiemar. Erich Heckel y Ernst Ludwig Kirchner eran considerados los máximos exponentes de dicho estilo. Junto con compañeros afines, en 1905 fundaron en Dresde el grupo artístico Die Brüecke, que un año más tarde publicó un programa dirigido a una “nueva generación tanto de creadores como de espectadores”, a la juventud como portadora de futuro, a todo aquel que “de forma directa y auténtica” trasmite “lo que le impulsa a crear”.
El aura conscientemente acentuada de exotismo y primitivismo y la libre sexualidad constituyen la clave de la desenfrenada “naturalidad” y alegría vital de la creación expresionista, la flecha envenenada contra el mundo tecnócrata y burgués, un gesto oposicionista, indudablemente sin fundamentos políticos.
La serie de cuadros urbanos comenzada en 1914 tuvo su inicio en el cuadro Cinco mujeres en la calle, completado en Colonia en 1913: en esa escena nocturna, las mujeres situadas en la acera resaltan bajo el cono de luz que arrojan las farolas; a la derecha se insinúa un escaparate y a la izquierda, la rueda de un coche; la perspectiva queda rota. De este modo, Kirchner estableció el prototipo de la mayoría de sus cuadros dedicados a la calle, un prototipo que le permitía rescatar a los individuos del anonimato de las masas. Las mujeres elegantes aunque no llamativas, adoptan una posición afectada; son busconas como las que rondaban en cuadrillas y con un marcado desinterés por la calle Friedrich y la Plaza Postdam
El aura conscientemente acentuada de exotismo y primitivismo y la libre sexualidad constituyen la clave de la desenfrenada “naturalidad” y alegría vital de la creación expresionista, la flecha envenenada contra el mundo tecnócrata y burgués, un gesto oposicionista, indudablemente sin fundamentos políticos.
La serie de cuadros urbanos comenzada en 1914 tuvo su inicio en el cuadro Cinco mujeres en la calle, completado en Colonia en 1913: en esa escena nocturna, las mujeres situadas en la acera resaltan bajo el cono de luz que arrojan las farolas; a la derecha se insinúa un escaparate y a la izquierda, la rueda de un coche; la perspectiva queda rota. De este modo, Kirchner estableció el prototipo de la mayoría de sus cuadros dedicados a la calle, un prototipo que le permitía rescatar a los individuos del anonimato de las masas. Las mujeres elegantes aunque no llamativas, adoptan una posición afectada; son busconas como las que rondaban en cuadrillas y con un marcado desinterés por la calle Friedrich y la Plaza Postdam
1 comentario:
Hola Fede, t evi por alli y vine a visitarte y conocer tu espacio, muy a gusto.
Te abrazo
MentesSueltas
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