Soy al vez el que estuvo en cierta calle
besando a una mujer.
Tú eras esa mujer y estás aquí ahora,
ahora y todavía.
Ahora y aquí,
pero tan solo en mi recuerdo,
porque en el sueño no eres tú tampoco:
somos hombres y mujer,
hombre y mujer de amortiguadas ansias,
envueltos como en aire,
tendidos sobre un lecho de hojas húmedas,
un aire respirado por mil almas,
compartido con sueños de otras noches,
aire y húmedas hojas,
turba infinita pero insuficiente
para la sembradura del deseo.
besando a una mujer.
Tú eras esa mujer y estás aquí ahora,
ahora y todavía.
Ahora y aquí,
pero tan solo en mi recuerdo,
porque en el sueño no eres tú tampoco:
somos hombres y mujer,
hombre y mujer de amortiguadas ansias,
envueltos como en aire,
tendidos sobre un lecho de hojas húmedas,
un aire respirado por mil almas,
compartido con sueños de otras noches,
aire y húmedas hojas,
turba infinita pero insuficiente
para la sembradura del deseo.
José María Micó
La Sangre de los fósiles (2005)
Es un hermoso poema
ResponderEliminarun poema que llega al alma
en algunos pasajes te ves reflejada,
solo que quisieras que continuara y nunca acabara.
¡¡Muy bello!!
El amor no se olvida, permanece asi, como hojas humedas dormidas en el alma, impregnadas de mil vidas, propias y ajenos, destilando en la garganta es agridulce sabor de la nostalgia..
ResponderEliminarUn poema impactante, lleno de sentimiento..
Un abrazo
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