30 de enero de 2014

Escuela de Bambú. Arte budista a) Imágenes


No empieza a haber  imágenes  de  Guthama Budha hasta más de 500 años después de su muerte. Hasta entonces se le representaba mediante símbolos como la Rueda de la Ley, el árbol Bodhi, la huella del pie o la flor de loto.  Cuando  entre  el  siglo I y II de nuestra era aparecen las primeras imágenes de Buda  en Gandhara (actual Paquistán) nos sorprende constatar  una clara influencia griega, (pelo ondulado, ropajes sobre los hombros, sandalias), pero debemos recordar que precisamente hasta allí llegaron las conquistas de Alejandro Magno. 
A partir de entonces la representación de Buda sigue rutas diferentes según se trate del budismo del Norte: Asía Central, China y posteriormente Corea y Japón o del budismo Therevada, o pequeño vehículo practicado en el sudeste asiático: Ceilán, Birmania, Tailandia, Cambodia  y Vietnam.
El pequeño resumen que sigue  se refiere básicamente a esta segunda corriente  y abordará sucesivamente los estilos, las posturas o “asanas” y los “mudras” o gestos de las manos.  Por razones obvias me ceñiré exclusivamente a las imágenes de Buda  en Tailandia.
Es importante señalar que ninguna imagen de Buda intenta ser antropomórfica sino que a través de la armonía de los rasgos y algunas de las 32  características identificativas pretenden  transmitir  en términos estéticos las 10 cualidades o virtudes de Buda, es decir conceptos tales como plenitud, virtud, bondad, serenidad, realización, iluminación, nirvana. Así pues, los artistas  no tratan en absoluto de copiar sus  rasgos físicos  sino mas  bien algunos de los rasgos que según la estética hindú conforman el ideal de la belleza y de la virtud.
 1º  Estilos
Un estudio a fondo de la iconografía budista distinguiría  al menos  ocho períodos diferentes.  desde el estilo  Dvaravati de fuerte influencia hindú,  el estilo Lopburi,  el estilo Chiangseaen y Lenna  hasta llegar al estilo Rattanakosin o estilo actual. Para simplificar y por su importancia histórica nos referiremos exclusivamente a tres estilos correspondientes a las tres capitales del Reino de Tailandia.
a)    Estilo Sukhothai
Se trata de imágenes talladas entre el siglo X  cuando el Rey Sri Indrathit establece Sukhothai como capital del país despegándose de la influencia Kmer y el siglo XIV..
Son imágenes idealizadas que intentan sobre todo expresar poder, serenidad  y compasión. La protuberancia craneal deja de tener la forma de un capullo de loto y adopta la forma de una llama que simboliza la iluminación. El rostro es oval con cejas muy curvadas y la mirada baja y concentrada la sonrisa a penas esquisada. Anchas espaldas y cintura estrecha. Drapeado diagonal de los ropajes sobre el cuerpo.  Probablemente una de las imágenes más repetidas es  la que representa a Buda en posición sentado  venciendo al mal.
b)    Estilo Ayutthaya
Este estilo abarca desde el siglo XIV cuando el Rey U Thong traslada su capital  a Ayutthaya  hasta que ésta es arrasada por segunda vez por los Birmanos en el siglo XVIII.
Las imágenes de Buda en este período muestran un peinado encasquetado y se distinguen por una fina línea tallada en el labio superior y sobre los párpados.
Se consideran especialmente valiosas  las estatuas talladas en piedra y abundan las tallas grandes ya sea en bronce  dorado, o en ladrillo y estuco laqueado.
c)    Estilo Rattanakosin
Abarca el período que va desde el traslado de la capital a Bangkok por el Rey Rama I hasta nuestros días. No es fácil establecer un estilo concreto para este período porque muchas estatuas antiguas pertenecientes a los más diversos estilos fueron llevadas a Bangkok procedentes de antiguos templos  de provincias. No obstante durante este período las imágenes se vuelven más humanas y con frecuencia desaparece la protuberancia craneal. A veces la imagen se muestra revestida de ropajes reales y las túnicas tienen algún diseño geométrico o floral.

2º  Posturas (Asanas)
Es en el siglo XIV cuando el canon budista fija las representaciones de Budha en su rama Therevada: Estas posturas pueden variar de significado en función de los gestos de las manos pero se ciñen estrictamente a cuatro posturas: Sentada, caminado, en pie o reclinado.  La postura de caminante tiene  derivaciones en el buda peregrino que se distingue por llevar  la bolsa y una manta a la espalda y el buda mendicante que lleva el cuenco de las limosnas delante de si sostenido por las dos manos.  En cuanto al buda reclinado debe hacerse notar  que no se trata de una postura de sueño, sino de una postura de iluminación en el momento de la muerte.

3º Gestos de  las manos  (Mudras)
Los principales mudras en la imaginería budista son los siguientes:
a)    Bhumisparsha – Subyugando a Mara
Buda se representa sentado con la mano derecha extendida sobre la rodilla derecha y los dedos tocando el suelo, como invocando a la tierra. La mano izquierda  reposa abierta sobre el regazo. Es probablemente el gesto más frecuente en las estatuas sedentes de Buda.
b)    Varada - Misericordia
La mano derecha se muestra con la palma abierta y los dedos extendidos hacia el suelo. Puede encontrarse en imágenes sentadas o de pie y simboliza la misericordia y la compasión.
c)    Abhaya – “Sin miedo”
El brazo derecho se levanta  con la palma de la mano abierta  a la altura del pecho y haciéndonos frente en señal de protección. El gesto puede hacerse con ambas manos a la vez. Frecuentemente se encuentra en estatuas en las que Buda está de pie.
d)    Vitarda  - Enseñanza
El pulgar y el índice de la mano derecha se unen para forma un círculo que simboliza la Rueda de la ley. El gesto puede a veces repetirse con ambas manos .
e)    Dhyana -  Meditación. 
Ambas manos descansan sobre el regazo con las palmas hacia arriba y la mano derecha sobre la mano izquierda.  Otra variante es la de las dos manos abiertas palmas hacia arriba descansando cada mano sobre una rodilla.
f)     Dhamachakra – Enseñanza
Como en el Vitarda la mano derecha forma un círculo con el pulgar y el índice mientras los tres dedos extendidos señalan  los tres fundamentos del budismo: Buda, Dharma y Sangha. El gesto se acompaña a la misma altura del pecho con la mano izquierda subrayando la enseñanza del dharma.
g)    Namaskara - oración
Manos unidas  por  la punta de los dedos en señal de oración
Conviene recordar que en los templos budistas podemos encontrar imágenes no solo de Budha sino también de soberanos del país o de abades y monjes famosos por su piedad y sus buenas obras. Los fieles se postran ante ellas y ofrecen flores, velas e incienso como lo hacen ante las estatuas de Buda.











28 de enero de 2014

Mi encuentro con Marilou


MI ENCUENTRO CON MARILOU
Francia 2012
Jean Becker
90 minutos

                La verdad es que después de películas como  “Mis tardes con Margueritte” o “La fortuna de vivir” me esperaba  algo más de esta cinta que a pesar de una fotografía impecable y unos actores de primera línea desaprovecha y trivializa un guión que podría haber dado mucho más de sí.

Dos  vidas a punto de quebrarse por motivos bien diferentes se encuentran  en los polos opuestos de su recorrido.  El artista deprimido, que se repite una y otra vez y ya no le saca gusto a nada;  quiere poner un fin definitivo y trágico a su aburrimiento y Marilou, una joven  al inicio de su vida y también desesperada pero  en este caso  porque sus ansias de vivir se enfrentan al  ambiente hostil  de un padrastro que la acosa y de una madre maltratada, que siente celos de su hija y acaba echándola de casa.
Sin saber qué hacer, ni a dónde le llevan sus pasos,   el viejo pintor acaba alquilando una casa al borde del mar y acoge a Marilou hasta que ella misma  decida lo que quiere hacer.  Su relación  es probablemente la parte más verosímil  de la cinta: el pintor  se preocupa por cómo viste la chica , las personas que frecuenta, lo mucho o poco que se maquilla, las horas de regreso a casa;  en otras palabras,  vuelve a retomar su papel de padre gruñón y nunca satisfecho.  La chica lo trata con el desparpajo con el que  se trata a un viejo amigo,  provocando pero sin ir demasiado lejos, tensando la cuerda pero sin romperla.

Hubiera sido quizá el momento de aprovechar los diálogos para plantear cuestiones de mayor calado.  El pintor y  la  permanencia   a través de su obra  incluso después de muerto; la experiencia  y su  transmisión  a los más jóvenes,  la juventud , los conflictos familiares,  la relación de los hijos con  padres impuestos por las circunstancias., etc.    Nada de eso ocurre.  El viejo pintor retoma  gusto a la vida y renueva su pintura, pero los diálogos son superficiales y llenos de lugares comunes como  “Los pobres viejos, en algún momento te cuentan su vida, no se puede evitar…”
Que duda cabe que Patrick Chesnais borda su papel de viejo gruñón. En cuanto a Jeanne Lambert tiene momentos en los que la actuación es  francamente mala o al menos desconcertante como cuando se encuentra con su madre en el hospital, pero  su joven  y cautivadora belleza hace que le perdonemos esos fallos.  
Sin ser  una maravilla, la cinta no es del montón. Me ha gustado y la recomiendo  no a los cinéfilos, pero  si al menos a los que quieren pasar un buen rato y buscan un pretexto para pensar.


26 de enero de 2014

Escuela de bambú: Nakhonsawan


Ciudad de los cielos, ciudad celestial, esa es la traducción literal del nombre de esta bella ciudad en la confluencia de dos ríos, el Ping Y en Nan que se abrazan en pleno centro de la ciudad y a partir de ahí, ni vencedores ni vencidos, cambian de nombre y llegan a Bangkok y al mar bajo el nombre de  Chao Praya.

Situada en la llanura central de Tailandia, Nakhonsawan ha sido desde siempre un gran centro comercial y durante años sus comerciantes, en su mayoría de procedencia china han sido los que han fijado el precio del arroz para todo el país.  Aunque en la actualidad los precios del arroz están intervenidos por el Estado, los comerciantes  chinos  siguen siendo quienes en gran medida influyen en la fijación de los precios ya que los agriculturas dependen de ellos para obtener préstamos que les permitan comprar  simiente, abonar los campos, o aguantar hasta la venta del grano.


La ciudad existía desde la era Dvaravati y durante la era Sukhothai la ciudad se llamaba Muang Phra Bang pero fue el General Taksin quien empezó a darle relevancia al convertirla en base y bastión militar para defender a la ciudad de Ayuthaya de futuros ataques por parte de Birmania.

Posteriormente, en 1855 el Rey Mongkut  a través del tratado Bowring que establecía el libre comercio entre el Reino de Siam y Gran Bretaña, haría de la ciudad el centro de las transacciones tanto de madera de teka como de arroz, lo que trajo gran prosperidad a la ciudad y también un gran número de comerciantes chinos.


Aunque en la actualidad la comunidad china  está íntimamente mezclada con la comunidad tailandesa y los ideogramas chinos  han desaparecido prácticamente de las pancartas de los comercios,  la influencia china es notable. Los templos Chao Pho Tepharak y Chao Mae Taptin  así lo atestiguan, pero sobre todo  la solemnidad con la que se celebra en esta ciudad el año  nuevo del Calendario Chino “True Chin”   A pesar de que aún faltaban varias semanas para que se inicie el Año del Caballo, durante mi visita las calles ya estaban engalanadas y se empezaban a ver los preparativos, para las grandes procesiones del Dragón, del León o de la diosa Guan Yin.


Los templos budistas  Wat Siriwong y Wat Warana Banphot ambos situados  en sus respectivas colinas  ofrecen magníficas vistas sobre la ciudad y sus budas gigantes y esbeltas estupas  son  puntos de referencia  de la ciudad. preferibles a la Torre Observatorio o el pretencioso Ayuntamiento construido en imitación de la Casa Blanca de Washington. Por mi parte, me quedo con el amplio y silencioso templo Photaram Phraramluang: Un joven novicio barre el jardín frente a su “kuti”. En una “Sala” Un monje imparte enseñanzas a una pareja que ha venido a consultarte. Le ofrecen una cesta con alimentos y él les bendice y les entrega una pulsera de hilos de colores entrelazados. Alguien está haciendo sonar las   campanas que se alinean frente al templo principal. Su sonido no molesta porque intensifica el silencio reinante. A pocos metros el mercado central rebosa de animación a esta hora temprana de la mañana. Me da pereza abandonar el templo. Se respira tranquilidad. El reloj se ha parado. No hay prisa. La vida fluye como el Chao Praya que nace precisamente en esa ciudad.










22 de enero de 2014

Escuela de bambú. En los Basureros de Nakhonsawan


La ciudad se llama Nakhonsawan  ( Ciudad del cielo o ciudad celestial ) pero su basurero    huele como todos los basureros del mundo. Un puñado de personas se precipitan a la descarga de cada camión para ser los primeros a hurgar con un gancho en las entrañas  de las descarga y recuperar con la mayor celeridad posible todo aquello que pueda ser reciclado:  vidrio, tapones de plástico, botellas, hierros.
Una jauría de perros hambrientos, por su parte, se entremezclan  con las personas, adultos y niños para buscar ellos algún resto de comida. El polvo, las moscas y el insoportable hedor no aconsejan demorarse, sin embargo,  mi amigo, el Hermano Víctor era un habitual del lugar. Hasta allí se acercaba con frecuencia para convencer a los padres de que les traía más ventaja a la larga de que sus hijos, en lugar de escarbar en la basura estudiaran.                Consciente de los problemas de integración de estos niños, consiguió un terreno  cercano al basurero y allí construyó una escuela preparatoria.  Entre iguales, los niños se adaptaban mejor a las reglas de higiene y limpieza, de disciplina y de atención a los maestros.  Posteriormente los niños  se incorporaban  al colegio  de la Salle ya sea como alumnos externos o en el caso de niños huérfanos o de familias con problemas como  internos becarios.
                Desde entonces  el  Ayuntamiento ha alejado el basurero,  a más de 15 km de la ciudad. Muchas familias  han trasladado allí sus chabolas de hojalata y cartones.  No pueden perder el tiempo en desplazamientos y hay que estar  a pie de cada camión descargado. Nunca se  sabe en  cuál aparecerá esa ganga que siempre se espera.  Por otra parte el Hermano Víctor  ya no está en Nakhonsawan.  Ahora es el alma del Proyecto Escuela de Bambú.   La escuela  cercana al antiguo basurero  sin embargo sigue en pie y allí inician preescolar una treintena de niños  cuyos padres prefirieron quedarse en la ciudad y trasladarse cada mañana al basurero.  Son niños alegres, y cariñosos  que se entretienen  y aprenden jugando y que reciben una comida caliente mientras los padres están fuera trabajando.
He tenido la oportunidad de venir  a  Nakhonsawan con el Hno. Víctor y no podía faltar una visita  a  querida escuela  de los basureros.  Pero, además ha ocurrido algo que me ha conmovido. Al visitar  los basureros, siempre atento  a los niños sin escolarizar, Víctor ha  encontrado entre ellos a una niña, Tong,  que años atrás él mismo había llevado a la casa albergue de la Salle.  ¿Por qué está de vuelta en el basurero? ¿Qué había ocurrido?   Sin amigos en el colegio,  sin unos referentes paternos,  es lógico que le entrara la nostalgia  por una vida más azarosa pero  en la que tenía amigos y una abuela  con quién hablar.  Sin pensarlo dos veces,  Tong decidió  escapar del colegio sin decir nada a nadie.  Caminó los 15 kilómetros que la separaban de los suyos y se quedó con la abuela.
Cuando días  después volvió a echar en falta la escuela  ya no se atrevió a ir por miedo a un hipotético castigo.  Hablamos con Tong, hablamos con la abuela, hablamos con el colegio y al día siguiente volvimos al basurero a buscar a Tong. 
He visto un  magnífico colegio en marcha, una ciudad pujante, llena de vida que se prepara a celebrar el año nuevo chino, una ciudad  con hermosas colinas coronadas con rutilantes templos,  todo eso, se me olvidará, pero nunca podré olvidar la cara de satisfacción del Tong cuando volvía al colegio  junto con otros compañeros que nos habían acompañado  a buscarla.  O quizá, lo que no logre olvidar sea la alegría del  pastor que había ido a buscar a la oveja    extraviada y vuelve con ella en su viejo pick up color crema…..  

15 de enero de 2014

Ritos de Incineración

Escuela de bambú: Ritos de Incineración


Su ilustrísima el Abad del Monasterio  Somdet de Sangklabury  finalmente va a ser incinerado  en estos días.  Phra Khru Wimon Khanchana Khun  murió hace un año.  Desde entonces ha permanecido embalsamado en espera del día propicio para su cremación  según corresponde a sus méritos y su categoría. En efecto  Los últimos 59 años de su vida  los ha pasado  en el Monasterio de Somdet la mayor parte de ese tiempo  como Abad principal.  Los astrólogos, que en el Budismo Mon nunca están lejos de la vida religiosa,   han dictaminado el día doceavo día del segundo mes lunar   como día propicio  incinerar  los restos mortales  de tal  insigne abad según el  rito de la tribu  Mon al que pertenece  este Monasterio.  Recordemos  que antes que los Tai  o los Brimanos llegaran a Tailandia fueron los Mon los  primeros receptores   de las Enseñanzas del Budismo Therevada llegado de Ceylan (actual Sri Lanka) y  a su vez  lo transmitieron a sus conquistadores.
En torno al Monasterio se ha venido desarrollando una gran actividad estos días pasados.  Se despejó una gran explanada contigua al monasterio y en ella sobre una estructura de bambú  se erigió un auténtico palacio de cuento de hadas. Luces de colores, pináculos y ojivas, papel de colores y abalorios de todo tipo crean una sensación de autentico palacio de ensueño.  Pregunto por su significado y me dicen que simboliza el cielo  que pronto alcanzará el alma del  difunto.  Han preparado igualmente una muy ornamentada  pagoda en forma de barco sostenida sobre una cuadrícula de palos de bambú que servirán de angarillas a los porteadores.  La estructura luce los mismos colores,  y avalorios que el efímero palacio y en un momento determinado llego a pensar que quizá se trata de una estilizada pila funeraria. Nada de eso: se trata sencillamente de un simbólico barco en el cual los restos del abad harán su último viaje pero no sin antes haber sido venerados, bailados y zarandeados por los fieles.

En efecto, desde hace tres días, al atardecer, se congrega una gran multitud  en torno a la explanada. Los diferentes pueblos Mon de la región, han rivalizado en preparar sus bailes rituales en torno al difunto  alojado la pagoda con forma de barco.  Parte importante del ceremonial consiste en que los hombres ataviados con trajes regionales, suban la estructura sobre sus hombres y efectúen una danza rítmica y sincopada con flexiones  de rodilla, alzado de una pierna  etc.   No pude evitar pensar en ese momento en los costaleros castellanos que también  “bailan” los Pasos de Semana  Santa  pese a que éstos son muchísimo más pesados que la endeble estructura que alberga el féretro del difunto abad.  A su lado, las mujeres, engalanadas con
trajes  Mon de alegres y vistosos colores acompañan a los danzantes .  Al  rítmico juego de piernas  de los hombres se contrapone  en el caso de las mujeres  el lenguaje y baile de las manos y los brazos.

Mientras tanto, en los alrededores se ha ido formando un auténtico mercadillo donde no faltan ropas de todo tipo, utensilios nuevos o de segunda mano,  toda clase de calzado, pero principalmente  comida, mucha comida y sobre todo muy variada.  En algún rincón los más piadosos se unen al rezo de los monjes llegados para la ocasión.  En otro lugar alguien ha pagado a una tropa de Ram  Khon (baile clásico tailandés)  que interpreta con mejor o peor fortuna escenas del Ramayana.  La mayoría del público que me rodea no  abandonará  el lugar hasta altas horas de la madrugada.  El trabajo puede esperar. 

He asistido a la ceremonia en primera fila uno de los tres días de fiesta.  Sentado cerca del actual Abad del monasterio he  podido interrogarlo sobre el difunto abad.  He podido constatar también el ambiente festivo de la ceremonia.  El pueblo Mon decía adiós definitivamente a uno de los suyos y lo hacía bailando y festejando el acontecimiento. 

10 de enero de 2014

Escuela de bambú: El duelo itinerante

EL DUELO ITINERANTE
Fernando Cerutti

He leído “El duelo Itinerante”  de Fernando Cerutti    y no podré dejarlo completamente  atrás mientras no escriba la reseña  que me quema en los dedos desde hace varios días.  Se trata de un libro extenso, denso si  se quiere,  anecdótico también pero sobre todo rezumante de sinceridad, cargado de humanidad y  rico en personajes retratados  con sus fallos y sus virtudes pero sobre todo con una  fina ironía.

Sin   ser  exactamente un típico libro de viajes, un  informe  técnico - sociológico, o una novela  de intriga, el autor ha querido combinar  esas tres características  en un todo harmonioso como las tres patas de un mismo banco.  El resultado no podía haber sido más logrado.  A la aridez de los datos demográficos  o de las técnicas de evaluación de los proyectos de cooperación de la Unión Europea se contraponen  los rasgos de carácter, las pequeñas manías, los problemas personales que arrastran los propios evaluadores de proyectos y de la mano  de Fernando recorremos  a caballo  la jungla de Honduras para llegar a  una tribu que intenta mantener el ecosistema  adaptarse  a  la nueva realidad de sus vidas sin dejarse arrastrar  por una civilización depredadora que amenaza su futuro.  A miles de kilómetros  y en terrorífico contrate podemos  recorrer los sedientos caminos de Somalia, viajar con el pensamiento a Sudán o maravillarnos por la forma en que gracias a un hombre recientemente fallecido, la República de Sudáfrica pudo pasar de la Apartheid  a  una democracia con cabida para negros y blancos sin rencores ni venganzas.

Después de leer el libro de Fernando Cerutti no nos queda la menor duda de que la Unión Europea trata de hacer un seguimiento exhaustivo de cada Euro que entrega como cooperación para  proyectos de desarrollo puestos en marcha directamente por la propia Unión Europea o por alguna ONG especializada  y  las autoridades y los  gobiernos concernidos. Pero la evaluación de esos proyectos no está hecha por robots.  Al final de cada informe hay una persona. Personas con un perfil personal y profesional diferente, con ambiciones,  planes de vida, sueños, y a veces fantasmas diferentes, y esta es quizá la parte que más me ha llamado la atención en la novela de Cerutti.

En mi opinión el autor se revela como un sutil observador del alma humana, y sabe contraponer todo lo que de noble y sincero tenemos las personas, con las frustraciones, los desengaños o las encubiertas  motivaciones  que dictan nuestros actos.  Personajes como la austríaca Úrsula o el italiano Mario Orsini, quedarán grabados en mi memoria.

Cuando escribo estas líneas, me encuentro del otro lado de la barrera, inmerso en un proyecto de ayuda humanitaria que lamentablemente no goza de subvención oficial de ningún tipo.  Por aquí no pasarán evaluadores de la Unión Europea, pero he tomado buena nota de sus criterios de evaluación. Debemos definir claramente lo que queremos, circunscribirlo en el tiempo, fijar metas  y marcadores de realización medibles y  mantener un desprendimiento suficiente  de nuestras propias  realizaciones como para cambiar  de planes  y de orientación a medida que la sociedad en la que nos movemos cambia .

Nuestro lema de hoy  “No child left behind”  (Ningún niño sin  una oportunidad)  tendrá  que cambiar necesariamente   cuando todos los niños Karen, Mon o Birmanos,  inmigrantes ilegales en la frontera entre Birmania y Tailandia estén escolarizados,  tengan acceso a la escuela primaria y su existencia sea reconocida por  el Gobierno de Tailandia de modo que sin necesidad de ninguna ONG puedan acceder libremente a las escuelas y colegios del Estado.

9 de enero de 2014

Escuela de bambú: Espíritus y seres mitológicos



El budismo, entendido como filosofía de vida, regla de conducta, o conjunto de normas y consejos para ser feliz, ha puesto el acento en la conducta más que en la creencia y esto a su vez le ha permitido ser una religión sincretista con cabida para expresiones de religiosidad que nada tienen que ver con el mensaje original de Lord Buda.

En Tailandia, en la vida cotidiana de cualquier fiel devoto, e incluso dentro del propio templo budista conviven pacíficamente elementos que tienen que ver con el animismo, los espíritus o la mitología unas veces de origen local anteriores al propio budismo y otras veces heredada junto con el budismo de la tradición védica de la India y de las grandes epopeyas del Ramayana y del Mahabharata.

Uno de los primeros detalles que llama nuestra atención cuando visitamos Bangkok es ver esos diminutos templos profusamente adornados, colocados sobre una columna a la puerta de las casas, de los establecimientos comerciales o incluso de los hoteles. Si nos acercamos, veremos que en ellos se han depositado velas e incienso pero también fruta y algún alimento fresco. Se trata de los “Ban Phi” o casa de los espíritus y se consideran tanto el lugar adecuado para venerar a los espíritus protectores de la familia, como el lugar para realojar a los espíritus de la naturaleza que ocupaban el solar antes de que se construyera la casa. Tratarlos adecuadamente, darles comida y hacer que se sientan a gusto es una manera de evitar males mayores, y hacer que estén de nuestro lado.

Dos animales mitológicos son indisociables de la cultura tailandesa. Su origen se remonta a los libros sagrados de la India pero en Tailandia han adquirido una simbología particular hasta el punto de que “garuda” el hombre-pájaro que vemos sosteniendo las estupas de los templos, no solamente simboliza la supremacía y la fortaleza sino que simboliza también la realeza y como tal figura en el escudo de Tailandia. Otro ser mitológico hermano y antagónico del anterior es “naga” la serpiente sagrada, mujer cobra, símbolo del confort y de la seguridad y que en su forma estilizada se ha convertido en el elemento más destacado para coronar los aleros de templos y casas de estilo tailandés. Nagas de cinco cabezas encontramos también por ejemplo en las escalinatas del templo de Esmeralda y en los pórticos de algunos templos son veneradas por haber formado una especie de sombrilla para proteger a Lord Buda de los rigores sol.


Entre los animales mitológicos llegados a Tailandia a través del Ramayana, aquí bautizado como Ramakien, probablemente el más querido es Hanuman. el hombre mono, fiel servidor de Rama en la incansable búsqueda de su esposa Sita. Es el protector de los enamorados y simboliza la lealtad, el valor, la fidelidad, la abnegación y la amistad.

Una de la figuras mitológicas que probablemente más veces se fotografía en el Templo de Esmeralda es la de Kinari Mitad humano y mitad pájaro, tiene la cabeza, el torso y brazos de una bella mujer y las alas, cola y los pies de un cisne. Su voz es encantadora y su andar agraciado. Ella es patrona de la danza, la poesía y la música. Muchos padres tailandeses alientan a sus hijas a emular la gracia y la elegancia de la dama cisne. Un tema favorito de los artistas, Kinnari aparece con frecuencia en forma de esculturas y murales. El león de Tailandia, el rey de las bestias míticas. Se representa con llamas ardiendo en la cabeza, el cuello, la espalda y detrás de cada una de sus patas, es verdaderamente una magnífica criatura. v. La mayoría de los habitantes de los bosques de Himmapan tienen miedo del rey león por su esplendor. Aunque Rajasi simboliza la grandeza y magnificencia, muchos tailandeses, especialmente aquellos que viven en el norte lo culpan de los incendios forestales. No podemos cerrar este pequeño repaso a la mitología tailandesa sin hacer mención de los Dhosa Kiridhorn, gigantes a mitad de camino entre elefantes y demonios que sin embargo guardan las siete puertas del templo de esmeralda e impiden que los malos espíritus pueblen su interior.

El mito, la fábula, pero también un auténtico fervor religioso nutre la vida del pueblo llano. Quizá no sepa de teología, ni pueda explicar muy bien en lo que cree, pero desde niños, en las casas, en los templos, en las escuelas, a través del ejemplo de los mayores, a través de . los ritos de la vida y de la muerte, han ido interiorizando un mundo lleno de connotaciones religiosas que se traduce con frecuencia en una actitud de benevolencia hacia los más desprotegidos, de solidaridad y de rectitud moral.

Iman Maleki: Hiperrealista iraní


Iman Maleki ( Teherán 1976 - ) es un pintor iraní el  Hperrealismo. Desde muy niño sintió la vocación por la pintura; se graduó en la Universidad de Arte de Teherán como diseñador y estudió con el mejor pintor hiperrealista de Irán,Morteza Matouzian perfeccionando una minuciosa técnica de  realismo casi fotográfico. Fue galardonado con el premio William Bouguereau y el “Chairman’s Choice” en la II Competición Internacional de  Art Renewal Center. Algunos le consideran el mejor pintor de arte realista del mundo.  Sus cuadros muestran la sencillez del pueblo iraní y la crudeza de la realidad en que se mueven, con ocasionales toques poéticos y surrealistas

Escuela de bambú: Año Nuevo

Como el alumno que tiene ante sí una página en blanco y se dispone a escribir la redacción de su vida, así, ante este nuevo año que se ofrece  a cada uno de nosotros, me siento cohibido, casi temeroso, y me pregunto qué sabré hacer  con cada uno de sus días… Tailandia seguirá siendo una realidad al menos en los tres próximos meses pero  ¿Luego?

Nada está del todo en nuestras manos y por consiguiente hacer planes minuciosos no nos lleva sino a la decepción o al desengaño.  A cada día le basta sus fatigas dice algún pasaje de la Biblia. Pues bien, que estos días ya casi de final de curso me llenen y me basten.  Confío en que como en esos edificios modernos en los que las luces se van encendiendo a medida que uno camina por los pasillos, así el futuro se vaya iluminando a medida que avanzo hacia él y que sin titubeos  sepa aprovechar cada instante  para sembrar sonrisas y plantar conocimientos.