29 de diciembre de 2013

Escuela de Bambú: El Buda de Esmeralda


Mide a penas 65 cm de altura  y aunque se le conoce como el Buda de Esmeralda  está tallado en una sola pieza de jade oscuro.  Cambia de ropaje, a manos del Rey de Tailandia ,  tres veces al año atendiendo la estación de lluvias, de verano o de invierno, como algunas de nuestras Madonas en España.  Ha peregrinado por numerosos países asiáticos desde su probable lugar de origen en India. Ha  padecido las veleidades del destino:  naufragios en alta mar,  elefantes  negándose a  moverlo  de su  emplazamiento en Lampang,   o la sacudida de un rayo que desconchó el estuco que lo recubría para evitar la codicia de los ladrones. Domina desde su alto pedestal  uno de los templos más hermosos del mundo, cataliza el sentimiento religioso de la casi totalidad de la población tailandesa y aunque no se le puede fotografiar atrae  la atención  de cuanto turista se acerca por Bangkok.
Se trata del  icono más emblemático del budismo tailandés,  y aunque su origen preciso se pierde en mil leyendas,  la estatuilla después de haber  pasado por  Cambodia, estuvo durante años en  Chieng Rai, en  Lampang,   Chieng Mai  y  Vientiane nueva capital del Reino de Laos durante más de 200 años,   de donde finalmente fue  rescatada por  el General Taksin ,  que  poco después  y bajo el nombre de  Rey Chulaloke  o Rama I   trasladaría  la capital del Reino desde Ayuthaya a Thomburi  y posteriormente a Bangkok  y  fundaría la dinastía Chakri que sigue reinando en Tailandia desde entonces, siendo el actual Rey Bumiphon Adunadet,   Rama IX.
Para albergar tan venerada y  codiciada imagen  el monarca inició en 1778 la construcción , dentro del recinto  del palacio real,  de uno de los templos más hermosos  jamás construidos. El templo del  Budha de Esmeralda,  que aunque  consta de varios  edificios y estupas no es propiamente un templo, pues no habitan monjes en él,  siendo más propiamente   una capilla real  anexa al palacio.
La capilla principal que alberga la estatuilla está construida en estilo Rattanakosin, es decir en estilo Viejo Bangkok,  con  tejados superpuestos recubiertos de tejas vitrificadas de color rojo, naranja y verde,  con aleros  terminados en paneles profusamente decorados cuyos extremos se curvan graciosamente hacia el cielo en forma de  “nagas” o serpientes mitológicas  muy estilizadas. Las columnas están recubiertas de cristales, espejos y mosaicos y se asientan sobre una base recubierta de mármol .  El interior de la capilla totalmente recubierto de pinturas  representa por un lado escenas de la vida de Buda y por otro la concepción del universo según la cosmología budista. Sobre un  exageradamente alto pedestal  se erige  la diminuta  estatuilla.  Pero la altura tiene una explicación:  otras capillas se asientan en el recinto y albergan estatuas de Buda de mayor tamaño. Ninguna sin embargo puede sobresalir  por encima del venerado  icono de Tailandia.
El “templo”  comprende además  otros edificios como  la Biblioteca  “Phra Mondop”  cuyas puertas  se adornan con bellas incrustaciones de madreperla y que alberga  los libros sagrados del budismo , o las diferentes  “ estupas” entre los que cabe destacar el Gran Cheddi  que contiene una reliquia de Buda  y está recubierto de diminutos mosaicos dorados traídos directamente de Italia por el Rey Mongkut (Rama V) en su primer viaje a Europa.
El recinto está rodeado por una galería o claustro   con siete puertas, todas ellas custodiadas por las famosas parejas de "Yaksha", verdes y rojos, gigantes benévolos,  guardianes del templo. En las paredes interiores del claustro  178 grandes   paneles  pintados  a mano  nos cuentan  la versión tailandesa del  Ramayana, la saga épica  del hinduismo.  El oro de las figuras, el detalle de los rostros, la belleza de cada cuadro me  entusiasma y cada vez que visito el templo no dejo de sorprenderme de la poca atención que reciben estas pinturas  en comparación con la muchedumbre que abarrota  los patios, fotografía  los monumentos y se fotografían a sí mismos imitando las poses de las “kinnaris”  (figuras mitológicas mitad mujer mitad cisne que simbolizan la danza y  la poesía  o  más generalmente la belleza) o  de los “Hanuman”  ( hombres mono)  que con brazos levantados parecen sostener las paredes de los  “Cheddis”. 

El templo del Buda de Esmeralda es probablemente la mayor atracción turística de  Bangkok. Es inútil pretender visitarlo en solitario.  China parece haber abierto un  túnel  directo por el que se cuelan cada día  miles de ruidosos nuevos   turistas ávidos de inmortalizar el “yo estuve allí”. Es el tributo que pagan  estos lugares emblemáticos.  Cada vez que me acerco a este lugar  necesito hacer pequeñas pausas de silencio.  Sé donde refugiarme:  inmóvil ante uno de los cuadros del "Ramakien"  contemplo con detalle cada rasgo, cada gesto de  monos, gigantes, y humanos luchando o parlamentando.  Me tranquilizan  y vuelvo a deambular  bajo un sol abrasador y el resplandor de espejuelos y mosaicos  que me transportan a un país de fábula.






27 de diciembre de 2013

Escuela de Bambú: Una Navidad diferente


En las tiendas no hay turrón, ni se amontonan las botellas de cava.   En las calles no hay luces de colores, ni se oyen  machacones villancicos.  Navidad es un día más  del calendario, pero  detrás llega el Año Nuevo  2557  que aunque no coincide con el  Año nuevo Budista, sin embargo  a efectos  oficiales y comerciales se alínea con nuestro calendario eso sí, añadiendo  543 años  en recuerdo del nacimiento de Lord Buda. 
Salvo raras excepciones de  origen musulmán nuestros alumnos son budistas. El colegio respeta  sus creencias y en ningún momento fuerza  la asistencia a ninguna  ceremonia  cristiana, sin embargo y de forma excepcional este año  hemos  celebrado una misa en nuestra Escuela de Bambú.  La ofició el Sr. Obispo de la diócesis que abarca una extensión más amplia que Andalucía y Extremadura  juntas.  Me sorprendió la asistencia masiva de  niñas y niños y sobre todo la asistencia de los padres  que a una  hora  temprana  ya llenaban el patio del colegio pese a la niebla y frío de esta época del año en las montañas del Noroeste del país.
Después de la misa, un grupo de  alumnos escenificaron  el misterio de la Navidad  en un estilo casi naif pero al mismo tiempo conmovedor.   Los  protagonistas  representaban las escenas : el edicto de Roma, la búsqueda de la posada,  el Establo, el anuncio a los pastores,  la visita de los Reyes… Mientras tanto, las voces  llegaban de detrás del escenario  en  idioma birmano  y con una sincronización tan perfecta que costaba darse cuenta del engaño.  Hay que tener en cuenta de que la escuela no tiene electricidad  y todo el sonido que podemos producir es a través de un micrófono y altavoz activado con un pequeño generador  de electricidad.
Como todos los días, el colegio ofreció la comida a los niños pero esta vez además, hizo extensiva la invitación a los padres que asistieron a la representación.  Me encantó  poder conocer y saludar a esas madres sencillas, dichosas viendo a sus hijos alegres y un poco acobardados mientras ellas me saludaban con una hermosa sonrisa.  De qué hubiera servido que  me hablaran en Mon,  en Karien, o en Birmano, cuando la sonrisa y los ojos dicen y hablan todos los idiomas del mundo?
A lo largo de los últimos meses los alumnos habían ido comprando  ( Dos baht por  vale, equivalente a  0,05 € )  o consiguiéndolos  por buena conducta, por trabajos bien hechos, por pequeñas tareas realizadas en el colegio.  Llegó el momento de intercambiarlas por papeletas de una rife y probar suerte con los regalos: mantas, ropa, muñecos, y varias bicicletas.  No olvidaré la expectación de madres y niños  ante el sorteo de las bicicletas. Equivalía en Europa a la rifa de un coche de marca.  La Fiesta no había acabado pero un
puñado de  alumnos, sin que  aparentemente nadie que les dirigiera ya se habían puesto a limpiar  todas las instalaciones del colegio,  recoger papeles tirados en el suelo,  guardar bancos y sillas, descolgar  carteles etc.  Y es que  en este colegio, creo que en esta cultura, los niños aprenden muy pronto a compartir las tareas de la casa, al menos aquellas que están al alcance de sus fuerzas.
Los profesores aún tuvimos un buen rato de alegre convivencia compartiendo canciones, juegos en los que el perdedor  era enharinado, y hasta un bingo con premios en juguetes y en metálico.  Me enharinaron, pero también  canté bingo  y obtuve la fortuna de  200 Baht ( 5 Euros) y un muñeco que me sigue mirando desde un rincón de la  atestada mesa en la que escribo este  relato.







19 de diciembre de 2013

Escuela de Bambú: Un corazón más grande que la selva que la rodea


Ayer me invitaron a hacer un viaje especial. Después de cargar en la furgoneta una veintena de cajas de leche que otros colegios han regalado a nuestros chicos, nos adentramos en la selva por una carretera que a los pocos kilómetros se convirtió en pista de tierra roja. El paisaje no podía ser más agreste, la pista menos transitable y la vegetación más exuberante. La pista ascendía colinas y se precipitaba por los barrancos con inclinaciones cada vez más atrevidas. Coronada una de esas colinas, llegamos por fin a un claro en el que se apiñaban unas construcciones variopintas y desparejadas: ladrillo, bambú, madera, paja y uralita se combinaban de manera tan insólita que resultaba casi pintoresco. 
 Detuvimos la furgoneta y al instante estábamos rodeados por un tropel de niñas y niños de edades comprendidas entre los 4 y los 15 años.  No era difícil adivinar que se trataba de algún orfanato pero lo que no podía imaginar es que quien salió a recibirnos fue una monja budista revestida de un impoluto sari blanco. Estaba por fin ante “ Mae Chin Jack”, una mujer de quien que ya había oído hablar. Esta monja budista, al darse cuenta que los niños huérfanos confiados al templo en el que profesaba no estaban bien atendidos decidió hacer algo por su cuenta. Compró un terreno, pidió dinero a derecha e izquierda y construyó en plena selva un hogar para niños procedentes de hogares destrozados. Familias en las que la madre huyó del marido para casarse con otro, madres solteras que abandonan a sus hijos con una vecina para ejercer la prostitución en la capital, hijas e hijos de mujeres abandonadas por sus maridos y con cuatro o más niños pequeños a su cargo, mujeres maltratadas que huyen del marido violento, borracho o drogadicto… Sin importarle la procedencia , muchos vienen de la vecina Myanmar (Birmania) ni la etnia, allí se mezclan birmanos, Karen, Mon y Tailandeses, todos encuentran acogida, un techo, y milagrosamente una comida caliente que llevarse a la boca. 
 Son más de sesenta niños y se les ve contentos y relajados. Los mayores ayudan a los pequeños y cuidan de los árboles de caucho que han ido adquiriendo. Los más pequeños aprenden tailandés en la casa, los que pueden y tienen papeles van a la escuela nacional en una furgoneta que viene a recogerlos, aunque sospecho que en tiempo de lluvias y con la pista convertida en barrizal, más de una vez se habrán tenido que quedar en casa, pues con esas pendientes ni siquiera un todo-terreno con tracción a las cuatro ruedas es capaz de trepar por esas laderas.
Hablo con la monja y me sorprende su tranquilidad. Es como si estuviera convencida de que nadie la necesita en ese momento. De algún modo, la comida de mañana llegará. Algún benefactor llegará de un momento a otro. La marcha de la casa sigue su curso. Siempre hay voluntarias y personas dispuestas a arrimar el hombro. A veces vecinos casi tan pobres como ella misma. Las palabras del Evangelio a propósito de los pájaros del cielo me vienen a la mente. Sin haberlo previsto, de repente, me sentido muy cerca del Portal de Belén.

8 de diciembre de 2013

Escuela de Bambú: Rojos y Amarillos, una disputa que no cesa


Los manifestantes han cambiado su camiseta  amarilla y se ha arrogado  para ellos solos la Bandera Nacional  roja, azul y blanca. Están empeñados a llevar a cabo un golpe de estado esta vez de corte popular (los 17 anteriores desde 1932 fueron golpes de Estado provocados por los Militares) . Entre tanto, los vendedores ambulantes de Pratunan siguen ofreciendo sus gangas a los turistas que se sienten nerviosos ante los alborotos callejeros,  la respuesta de la policía con gases lacrimógenos los cortes de calles, y las manifestaciones más o menos  autorizadas y más o menos violentas.

Entiendo que es un buen momento para tratar de  esbozar  la situación política de Tailandia sin por ello tomar posiciones en ningún sentido.  La primera característica del sistema político de Tailandia es  su inestabilidad.  17 constituciones en 80 años, y una veintena de golpes de estado dan buena prueba  de esta afirmación.  En segundo lugar, es imposible entender lo que ocurre en Tailandia sin tomar en consideración el papel especial que  desempeña el Ejército.  Los Golpes de Estados y las diferentes constituciones “Democráticas” redactadas por ellos mismos ha hecho que su poder y su independencia  frente al Gobierno no haya dejado de aumentar.  Podría casi decirse que los Militares constituyen casi un Estado dentro del Estado  y se rigen al margen de cualquier decisión parlamentaria.

La situación actual de Tailandia no se entendería sin remontarnos a  2001 cuando un hábil y capacitado Thaksin Shinawatra  líder del Partido  “Thai Rak Thai”(Tailandia ama Tailandia) más popularmente conocidos como “Camisas Rojas” sube al poder. Pese a la oposición  del Partido Demócrata  o más popularmente “Camisas amarillas”  Taksin emprende una serie de reformas  de corte populista que renuevan la confianza de los inversores extranjeros y dan una cierta estabilidad económica al país. Gracias en parte a esa bonanza vuelve a ganar las elecciones  pero  so pretexto de  “deterioro político”  en 2006 los militares dan un golpe de estado,  deponen al primer Ministro   Thaksin  por  irregularidades financieras, abuso del poder y utilización de las leyes para favorecer sus propios intereses.  Limitan las libertades democráticas, crean un “Consejo para la Reforma Democrática” que se encargará de redactar una nueva Constitución   de la que  sale fortalecido sobre todo el poder de los Tribunales.

Thaksin abandona el  país antes de que la condena a dos años de cárcel  se haya ejecutado  pero en las elecciones de 2007 su partido  dirigido por Samak Sundararavej vuelve a ganar  y aunque éste es inhabilitado por haber dirigido un programa televisivo,  Somchai Wongsawat, cuñado  de Thaksin se convierte en Primer Ministro. Cuatro años más tarde en 2011 el partido  “Thai Rak Thai”  vuelve a ganar las elecciones  apoyado sobre todo por los campesinos del Norte y Noreste del país  y el 5 de Agosto de 2011 la propia hermana de Thaksin, Yingluck Shinawatra  es nombrada primera ministra.
El actual Gobierno pretendía pasar  una Ley de amnistía general para todos condenados en 2006 por delitos políticos y financieros incluido el propio Thaksin. Es en ese momento cuando la oposición,  dirigida en la calle por Suthep Thangsuban, secretario general de los Demócratas, se lanzó masivamente a la calle para protestar contra la medida.  Desde entonces La Corte suprema  ha declarado inconstitucional la pretendida Ley de Amnistía  pero los ánimos siguen exacerbados y   ahora  los camisas amarillas se han revestido de banderas tailandesas  y bajo la denominada “Alianza Popular para la Democracia reclaman la disolución del Parlamento , la disolución del partido “Thai Rak Thai” y sobre todo la inhabilitación de cualquier miembro de la familia de Thaksin para ejercer un cargo público.
La manifestación está apoyada principalmente por  estudiantes, funcionarios  e intelectuales de  Bangkok. La policía, que tradicionalmente simpatiza con el partido en el poder,  ha utilizado en las últimas algarabías medios  disuasorios y contundentes  para disolver las manifestaciones, y los Militares  rápidamente ha dado  aviso de que no tolerarán la acción violenta de la policía.  ¿Hasta cuando durarán las protestas?  El Rey, que con ocasión de su Cumpleaños debía dirigirse a la nación a penas a mencionado la tensión que vive el país. 


Entretanto los vendedores de Pratunam  suspiran por que haya tranquilidad en las calles, y nosotros exiliados en este rincón noroeste del país, a penas nos enteramos de lo que ocurre en la capital  si no es por lo que nos cuentan  los que por obligación tienen que desplazarse a la capital.

5 de diciembre de 2013

Escuela de Bambú: Fiesta Parroquial

El domingo pasado  celebramos la fiesta de San Francisco Javier, patrono de la parroquia de  Phu Thong a la que pertenecemos.  Resulta sin embargo que la iglesia en cuestión está  a más de 100 km de distancia de nuestro colegio y el  Párroco que la atiende  tiene a sus  escasos feligreses desperdigados  en una área  de tres  distritos administrativos  que cubren un área  aproximada  de unos 80 km cuadrados.  En cuanto a la diócesis, pertenecemos a la  de Rachburi que abarca una superficie equivalente a cinco o seis provincias Españolas
Esta escasez de católicos y el  esfuerzo  que supone  acercarse a la iglesia, asistir a misa o recibir los sacramentos hace que  las fiestas  religiosas no sólo se vivan  con intensidad  sino que además constituyan un acontecimiento festivo al que se acude con un sentimiento de fervor, pertenencia y  de disfrute.
Nuestro colegio no podía permanecer ajeno a la festividad de la parroquia y con ese espíritu festivo acudimos acompañados de nuestros dos grupos de danzas que interpretaron para los asistentes  hermosos bailes Karen.

Sacerdotes de toda la diócesis, colegios de religiosas, y numeroso público   de parroquias cercanas viajaron también y acompañaron a  los escasos feligreses que componemos el  elenco parroquial. 

En este país una fiesta no se concibe sin un mercadillo, y todos los que quisieron pudieron hacerse con los productos típicos de la zona: fruta, especialmente plátanos y pomelos,  miel, telas bordadas al estilo Karen,  y cestería variada.  Numerosos puestos de comida ambulante  se ocuparon de saciar el apetito de los asistentes.

Prácticamente único extranjero  en un lugar tan remoto y asistiendo a una ceremonia religiosa dio pie a la gente me tomara por un sacerdote. Más de una vez tuve que aclarar que sólo era un profesor  voluntario,  pero guardé silencio cuando amablemente me invitaron a compartir el ágape preparado para el Sr. Obispo y los sacerdotes asistentes a la fiesta.