17 de marzo de 2009

Richard Yates: Vía Revolucionaria


VIA REVOLUCIONARIA
Novela
Richard Yates
Alfaguara 2008
Título original: Revolutionary Road 1961 y 1989
Traducida del inglés por Luis Murillo Fort
364 páginas

La reciente película de Sam Mendes, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslett, que ha merecido tres nominaciones a los Oscar 2009, ha puesto nuevamente en el candelero y ha revalorizado la obra de Richard Yates y en particular la novela que ha servido de guión a la película del mismo título y que ya en 1961 fue finalista del prestigioso Nacional Book Award.

Sin embargo, Richard Yates es un escritor desencantado y su novela nos sume en una profunda tristeza. La nueva urbanización en las afueras de Nueva Cork a la que se mudan la joven pareja formada por Frank, April y sus dos hijos, no debería llamarse “Via Revolucionaria” sino “El callejón de los sueños rotos”

Y es que Yates, como pocos escritores de su época ha calado en el desencanto americano de los años sesenta, ha presentido el final del gran sueño americano de la familia feliz, con su casita blanca, el jardín con el césped primorosamente cortado, el cadillac a la puerta y la barbacoa de fin de semana con unos vecinos que intentan aparentar una felicidad de revista, tan vacía, tan insustancial como la suya propia.

La novela describe con implacable, yo diría con inmisericorde realismo cómo los sueños de juventud, la ambición por destacar y ser alguien, los proyectos de futuro con renombre se van diluyendo paulatinamente en la rutina, la mediocridad del día a día, el conformismo o el acechante brillo de un posible ascenso, de unas rutilantes monedas.

April, la esposa ha creído que podría llegar a ser una gran actriz pero su estrepitoso fracaso en una obra de aficionados acaba por revelarle sus limitaciones. Frustrada, descontenta consigo mismo y con el ambiente vulgar que la rodea se vuelca entonces en hacer que su marido Frank llegue a ser el escritor famoso que juntos vislumbraron cuando aún vivían de sus sueños en un mísero apartamento de Brooklyn. Para ello nada mejor que salir de el ambiente que les rodea, viajar a Paris, mítico lugar donde parecen gestarse los grandes movimientos filosóficos o literarios. No importa que su marido no sepa francés, no importa que los niños no estén muy entusiasmados con el proyecto. Irán a Paris, ella se pondrá a trabajar y dejará que su marido se encuentre a sí mismo y por fin encuentre la inspiración perdida.

Sin embargo, el rutinario, casi canallesco ambiente de trabajo de Frank ha ido limando una a una todas sus ambiciones. Ya no es más que un títere que se deja arrastrar por los compañeros de trabajo borrachines y desnortados, que se embarca en un “affair” sin salida y sin alicientes con una secretaria de la oficina y a quién la vaga promesa de un futuro ascenso acaba de convencer de que no se encuentra a la altura de los planes que su mujer teje para ellos, pero tampoco tiene el coraje de rechazarlos.

Se necesita valentía para enfrentarse a la realidad. Las oportunidades se pierden y la vida pasa de largo. No importa cuán diferentes se sientan, ni que crean que tienen almas de artistas o son mejores de los que les rodean por eso, la soledad les acecha, nada nuevo acontece en sus vidas, pero el terreno que pisan se vuelve cada vez más inestable y empezamos a presentir la tragedia. Frank llega cada vez más tarde a casa, April le es infiel por despecho y cuando ésta se da cuenta de que está embarazada acaba provocándose un aborto chapucero y poco creíble en una persona de su cultura.

La novela me ha impactado. Los tiempos han cambiado, estamos en España, pero me quedo pensando en tantas jóvenes parejas que llenas de ilusión se lanzan a la conquista de una casa maravillosa en una urbanización de ensueño, a pocos kilómetros de la capital. ¿Y luego? ¿Y los valores? A parte de la casa que proyectos, que sueños en común van a hacer que perdure la relación? Por eso, me ha parecido un libro de actualidad, un libro realista que aunque habla de una América de los años sesenta y de unas circunstancias muy particulares, algunos de sus pesimistas postulados son perfectamente aplicables a nuestros días.

2 comentarios:

Willow dijo...

Parece un libro interesante. Es la América que yo viví, la de los 60, y creo que me gustaría ver otra realidad a través del libro.
Un abrazo

Elena dijo...

No he leído el libro, pero la película me emocionó muchísimo. Creo que es una de las mejores interpretaciones que he visto de los dos actores protagonistas. Espero poder leer pronto la novela.

Un abrazo