24 de septiembre de 2008

Diego Rivera: La vendedora de flores


La Vendedora de flores (1949)
Oléo sobre tela
Museo Español de Arte contemporáneo

Desde finales de la década de 1930, Diego Rivera se dedicó a la pintura paisajista y retratos. Desarrolló en sus últimas pinturas un estilo indigenista y social de gran atractivo popular. Su más ambicioso y gigantesco proyecto, un mural épico sobre la historia de México para el Palacio Nacional, quedó inconcluso a su muerte, acaecida en la Ciudad de México el 25 de noviembre de 1957.
Diego Rivera, en formas simplificadas y con vivo colorido, rescató bellamente el pasado precolombino, al igual que los momentos más significativos de la historia mexicana: la tierra, el campesino y el obrero; las costumbres, y el carácter popular. Una buena ilustración de esas pinturas que tienen por tema el campesino oprimido es la magnífica serie de las vendedoras de flores. Contrasta la belleza y blancura de las flores con el color terroso de las campesinas y la acumulación de tanta flor acaba creando una sensación de agobio que nos hace sentir más vívidamente la opresión de los campesinos.
La aportación de la obra de Diego Rivera al arte mexicano moderno fue decisiva en murales y obras de caballete; fue un pintor revolucionario que buscaba llevar el arte al gran público, a la calle y a los edificios, manejando un lenguaje preciso y directo con un estilo realista, pleno de contenido social.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Un genial pintor, que estuvo muy comprometido con su pais.
http://www.youtube.com/watch?v=Banop3IwU_Q&feature=PlayList&p=866516E969018EAF&index=12